01/03/23
A veces tengo ganas de gritar, gritar y sacar todo de mi ser de una vez por todas con gritos tan desgarradores que harían estremecer a cualquiera que los oyera, pero no puedo. No puedo y termino en una oscuridad al cerrar los ojos mientras mis lágrimas empapan mis mejillas y muerdo mi labio inferior intentando retener mis sollozos.
Abrazo a mi querida almohada que me acompaña en mis peores momentos y hundo mi rostro en ella, acallando cualquier ruido que pueda reproducir a través de mis labios. Su compañía es suficiente a pesar de su pequeño tamaño. Después de tantas veces que lo he hecho, ahora no logro encontrar la forma de sacar nuevamente aquellas lágrimas. La frustración me carcome. ¿Qué sucede? Simplemente me he tomado todo como si fuese de color rosa. Risas por aquí, sonrisas por allá. ¿Dónde diablos he dejado sepultadas las lágrimas? Demonios... me siento mal, pero no puedo hacer nada. Me siento triste, pero a la vez es tan patético que me dan ganas de reír. Irónico, ¿verdad? Joder... ¿Cómo hacía antes para poder llorar con tanta facilidad? Ahora si lloro es en momentos que son tan tontos que me dan ganas de abofetear mi mejilla con tanta fuerza para darme una buena razón para hacerlo.
Mi celular marca las 9:30 de la noche y todos se están empezando a dormir. Mis ojos pesan un poco, pero incluso si quisiese encontrar alguna razón que me haga llorar antes de dormir, no lo lograría y solo me queda crearme una historia corta. Porque sí, me haría sentir triste, mis ojos se pondrían llorosos, tal vez saldrían una o dos lágrimas, pero ¿Qué más? Se detiene ahí como si fuese un jodido juego de quien llora pierde y es tan frustrante. Es como si tuviese puesta una orden de prohibido llorar. Solo me queda guardar silencio mientras mi tristeza la disfrazo de alegría.
─YSAC
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El Diario De Sung
Short StoryNotas de un niño sin voz que descubrió que el dolor y el miedo van de la mano.