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Capítulo uno

"Es una casualidad magica que justo hoy, en este lugar, nos hayamos encontrado. No deberiamos permitir que no suceda lo seguro."


~Joan Benabent

No me toma mucho tiempo ir de la empresa al club nocturno de mi colega y amigo Dominic. Después de conducir por casi una hora, llego al lugar y bajo el vidrio polarizado, enseño la credencia VIP al guardia de seguridad y este me permite el paso de inmediatamente, estaciono el auto.

Emprendo hacia la entrada del lugar, la musica alta inunda mis oidos, mujeres y hombres por montón caminan por todo el lugar.

Algunas se encuentran semidesnudas, no son mi tipo, me gustan más reservadas. Considero que son más vulgares y de alguna forma no me llenan lo suficiente. Me gustan las mujeres sensuales, atrevidas pero con educación y elegancia.

Saludo a uno que otro hombre conocido sin necesidad de acercarme, mi cuerpo pega con algunos otros mientras me dirigo a la barra.

Busco a Dominic por la zona pero no lo encuentro, mi vista hasta cierto punto se enfoca en una señorita que esta sentada del otro lado de la barra tomando una pequeña copa de vino.

El cabello en color negro le llega hasta el cuello, el vestido negro que lleva puesto se le pega al cuerpo atenuando sus curvas, ese estilo de vestidos atraen a cualquier hombre sediento de lujuria.

Salgo de mis cabales cuando la figura masculina de cabello castaño oscuro se acerca con entusiasmo a mi.

—Hey, ¿que tal te va?—Me da un medio abrazo y da una palmada en mi omoplato.—¿Como te fue con tu nueva secretaria?

—Aún no la conozco, mañana se debera presentar a primera hora.—respondí mientras veia el alrededor para posteriormente regresar mi vista a la dama.

—Diviertete, ire con unos colegas de negocios, te veo después.—este se retira y me doy oportunidad de acercarme justo a ún lado de ella.

No despega la vista de su copa de vino tinto deslizando su indice al borde de la misma, el jazz inunda mis oidos y acompaña mis pasos, cuando gira levemente me percato de que tiene unos ojos en color cafe realmente bellos, bastante maquillados. Sus labios estan en un tono rojo tirandole a granate, evito la vista para no ser descubierto y no desconfie.

—¿Que le sirvo señor?—hablo aquel hombre encargado de servir las bebidas.

La joven fija su mirada en mi por primera vez.

En este momento soy el hombre que recibe lo que todo esta chica quiera darme, no quiero regresar a casa sin haber echo algo con ella.

—Lo mismo que la señorita aquí a mi lado.—respondí.

Luce como ese tipo de mujeres que les encanta tener el control de todo, pero también soy el tipo de hombre que podria dominarla sin imprevisto.

El hombre me mira y asiente para después ir a preparar la bebida. La chica desliza su lengua alrededor de su copa, mi respiración se pone densa, me resulta tentadora su acción.

Sonrie consigo misma.

—¿Que hace una chica de su nivel en estos lugares?—me limito a preguntar.

Era claro que en este club es muy conocido por sus grandes y lujozos espacios para los juegos de apuestas, muchos hombres y mujeres vienen aquí con el objetivo de ganar dinero a través de los juegos.

—Me dijeron que aquí puedo conseguir dinero seguro y con alguién que no me haria tener problemas.—respondio en frialfad.

Esta muy bien que sepa en que lugar se a metido.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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EN OTRA VIDA SERÁ © | Diana TreviñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora