Siempre me mantengo junto a ti, estoy aquí, a tu lado, todos los días te veo, se me de memoria tu cara, tu voz, tus ojos. Tu mirada de desinterés, tu expresión de hastío, tu personalidad amargada, tus palabras secas. Convivo día a día con tu extrañeza, momentos donde nos hacemos compañía sin que podamos decirnos nada. Dime, ¿Por qué somos tan terribles para hablar?, tú dices algo, y mi única respuesta es guardar silencio, yo digo algo, y tu mejor reacción es perder tu mirada hacia un lado, ahogando todo rastro de humanidad que llegue a aparecer como un sutil espectro en ti. Parece que el silencio es nuestro único consuelo, nuestro único medio para mantenernos unidos, nuestro único lugar donde podemos sentirnos acogidos. Es tan cómodo estar contigo, ¿sabes?, tan cómodo y al mismo tiempo tan vacío. Simplemente existiendo como lo hace la nada, como flotaría una medusa en medio de la eterna oscuridad que es nuestra caja de sentimientos sin salida a la que llamamos alma. Es una costumbre que en el fondo me mata, el dolor de siempre querer más, más de ti, aunque no esté seguro de que me lo puedas dar. ¿Qué puedo darte yo?, nada, yo no sé amar, ¿y para que me quejo de ti?, si ambos somo tan iguales, un par de hombres incapaces de decirse nada, que solo clavan sus miradas desalmadas en el otro buscando escudriñarse en el fondo teniendo miedo de lastimar el corazón del otro. Es tan tonto, ¿no lo crees?, simplemente vivir así, ¿acaso es que no me quieres enfrentar?, te he visto tantas veces querer colapsar, romper tu seriedad. Me miras a los ojos y veo en ti un rastro de humanidad, espero entonces una palabra, pero tú no haces nada más que proporcionarme un beso simple, que al final, acaba significando nada. De verdad lo odio, odio con toda mi alma no poder escuchar palabra alguna de ti, odio no saber que hay realmente en tu interior, que piensas de mí, que es lo que realmente me quieres decir. Estoy harto de que seas un misterio para mí, ¿o de que me sirve entonces estar junto a ti?, dime, ¿sirve de algo todos los días besarnos, que me toques y me abraces si al final ni siquiera un adiós podemos expresar? Tener sexo contigo, sentir tu miembro junto al mío, como me aprisionas estando encima de mí y me expresas toda tu vulnerabilidad a través de tu de tu cuerpo delgado e inexpresivo que se tuerce y tu compostura que se quiebra. Me provoca tanto verte de ese modo tan distinto, tener tu corazón latiendo, conectando con el mío, recibir la vibración inquieta de tu interior, acabar juntos y que de una vez por todas rompas tu agitada respiración en un suspiro. A veces me siento incluso perverso por ver tan llamativo ese lado tuyo, por desearlo tanto, y además al final no poder conformarme con aquellos momentos y siempre querer más de ti, de lo nuestro. Entonces, ¿soy yo el exigente aquí?, tal vez sí, ¿para qué quiero más si al final tampoco voy a saber que dar? Lo más cómodo entonces es que nos quedemos así, sin exigirnos aquello que todas las demás personas son capaces de entablar, debemos aceptar nuestra interminable individualidad, nuestra patética incapacidad de decirnos que al menos, existe un aprecio. Yo te quiero, ¿tú me quieres a mí? Lo daría por sentando, pero para mí es tan difícil 3 descifrar algo contigo. Me hierves, me llenas de rabia con tu silencio, pero no puedo, ni quiero hacer nada al respecto. Te odio tanto que te acabo amando, me obsesiono contigo a un punto casi visceral en el que simplemente mi mayor deseo es abrirte por la mitad y ver absolutamente todo lo que hay en ti, me muero de morbo por ver como son tus carcajadas, tus llantos, tu dolor, tu pánico, tus gritos y tus placeres, mataría porque vieras mis peores momentos, mis más oscuros sentimientos y mi alma al completo descubierto. Aborrezco nuestra insignificancia en este enorme mundo reinado por las palabras, dime, ¿si ambos muriéramos tendría alguna relevancia? ¿Por qué tuvimos que nacer así?, ¿por qué no me puedo conformar?, ¿por qué no puedo simplemente estallar frente a ti?, ¿por qué tu simplemente no te puedes morir?, ¿Por qué no puedo acceder por una grieta a tu interior y abrazarlo para tratar de darle mi calor? Estoy seguro de qué en primer lugar, ni siquiera voy a ser capaz de hacer algo así por ti. Entonces, me debería conformar, consumirme lentamente junto a ti, y si tan solo tú me pudieras decir lo que sientes, tan siquiera decirme que me quieres, entonces calmarías un poco mis animales deseos por ti.
ESTÁS LEYENDO
Cartas deliciosas dedicadas a mi amor
Poesiayo no sé cómo evitar que mis sentimientos se derramen y acaben impregnados en el campo en los maizales yo no sé cómo evitar pensarte, amarte, obsesionarme soy ceniza, soy volcán soy el humo que flota y empapa las nubes negras de pesares soy viento...