11 PM

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La habitación estaba envuelta en la quietud de la noche, un silencio pesado que se apoderaba del espacio

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La habitación estaba envuelta en la quietud de la noche, un silencio pesado que se apoderaba del espacio. La luz tenue del reloj digital en su mesita de noche marcaba las 11 PM, y Minho no podía apartar los ojos de su teléfono. El mensaje de Seungmin seguía ahí, intacto, pero en lugar de sentir el impulso de responder, un peso en su pecho le impedía hacerlo. ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué no era suficiente? Esas preguntas seguían rondando en su mente como una sombra implacable.

Suspiró profundamente, dejando el teléfono a un lado. Las palabras de Chan resonaban en su cabeza, como si fueran un eco en medio del vacío. "No estás solo". Era raro escuchar algo así, especialmente de alguien que apenas conocía, alguien que apenas había comenzado a entenderlo, pero ahí estaba, ofreciendo algo que Seungmin nunca había sido capaz de dar: una mirada sincera, un apoyo verdadero.

Con un leve temblor en las manos, Minho volvió a mirar el reloj. 11:30 PM. Seguía allí, sentado en la oscuridad de su habitación, atrapado entre lo que había sido y lo que podría ser. Y a pesar de las dudas que seguían acechando, algo dentro de él empezaba a moverse. Algo que le decía que ya era suficiente de esperar lo que nunca llegaría.

A lo lejos, en la calle, las luces de la ciudad parpadeaban y una brisa fría se colaba por la ventana. En su mente, las imágenes de Seungmin comenzaban a difuminarse, como si todo lo que había creído real estuviera desvaneciéndose lentamente. Había tantas promesas que no se cumplieron, tantas miradas vacías que había interpretado mal. Tal vez había sido un error aferrarse tanto a una relación que nunca le dio lo que necesitaba.

El teléfono vibró de nuevo, y esta vez no pudo evitar mirar.

Seungmin.

¿Qué pasa, Minho? No estoy en el mejor momento para hablar de esto.
10:53 p.m.

Sus dedos recorrieron la pantalla, pero antes de escribir algo, se detuvo. ¿Para qué seguir? No podía seguir esperando algo que nunca llegaría. ¿Por qué estaba tan obsesionado con alguien que no lo veía realmente? Con alguien que no lo entendía como Chan lo había hecho en tan poco tiempo.

Miró el reloj. 12:15 AM. Un suspiro escapó de sus labios. La noche se alargaba, y su mente seguía corriendo. ¿Qué estaba esperando, realmente? La respuesta era simple: algo que nunca llegaría. La solución, aunque difícil de aceptar, se le estaba revelando lentamente. Estaba tan atrapado en una ilusión que no veía la claridad a su alrededor.

Chan no le había prometido nada, pero su presencia era constante, como una luz que, aunque débil, era suficiente para ver el camino hacia lo que necesitaba. La mirada tranquila, las palabras de aliento, los gestos simples pero llenos de un significado profundo. A diferencia de Seungmin, que le había dado excusas vacías y silencios incómodos.

12:45 AM. Minho se levantó de la cama, se acercó a la ventana y se apoyó en el marco, mirando la ciudad iluminada. Podía sentir la soledad que lo había acompañado durante tanto tiempo, pero también empezaba a darse cuenta de que, tal vez, esa era la última noche que pasaba sintiéndose invisible para el mundo.

11 PM || Minchan/Chanho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora