Butterfly Effect 🦋 FANFIC |• SPENCER REID

🥀CAPITULO IIII🥀|• Por favor, no te vayas

🥀"Isabella Cooper"🥀

—Bien, ¿me podrías contar cómo era tu relación con tu hermano, Axel? —pregunté, sacando mi cuaderno de bolsillo.

El ambiente estaba cargado de tensión. Axel no dejaba de tocarse la nuca, su nerviosismo era palpable, y el sudor le resbalaba por la frente, empapando su camisa. Cada gesto suyo parecía una lucha por mantenerse en control.

—¿Podrías decirnos qué pasó antes de que desapareciera tu hermano? —insistio J.J, con una voz firme, aunque una sensación extraña comenzaba a asentarse en mi estómago.

Axel no respondió. El silencio se alargó, pesado y denso, como si las palabras se quedaran atoradas en su garganta. Su rostro, ya pálido, se tornaba cada vez más blanco, como si le estuvieran drenando la vida lentamente. Era como si estuviera buscando una salida, pero no la encontraba.

De repente, un ruido sordo y distante rompió la quietud del lugar, proveniente del piso inferior.
Todos nos giramos hacia la puerta. Mi mirada se encontró con la de Axel, y fue entonces cuando vi algo extraño: estaba visiblemente alterado, los ojos desorbitados, las manos temblorosas.

—Es… es una rata —balbuceó, tartamudeando—. Aquí suelen haber muchas…

El aire se volvió denso, como si la oscuridad misma comenzara a apoderarse de la casa. Nadie se movió, nadie respiró, como si estuviéramos esperando a que algo se desvelara.

El ruido volvió a escucharse, esta vez más cercano. Algo, o alguien, estaba abajo.

—Voy a ver qué es —dije, mientras sacaba mi arma de su funda, mi mano firme aunque la adrenalina ya comenzaba a subir.
—J.J., quédate con Axel —ordené sin apartar la vista de la puerta.

Ella asintió sin decir palabra, pero sus ojos reflejaban incertidumbre, como si también algo estuviera a punto de suceder.

Bajé al sótano. La oscuridad era tan espesa que sentí como si pudiera cortarse con un cuchillo. La humedad de las paredes se metía en los huesos. Miré a mi alrededor, pero no había nada. El eco de mis pasos resonaba en la penumbra.
—Mierda… —mascullé, molesta. Sólo era  una rata.

"Una rata muy grande

De pronto, el ruido retumbó nuevamente. Esta vez, más cerca, más fuerte, y mi instinto me dijo que algo no estaba bien.

—¿Hay alguien ahí? —exclamé, acercándome al final del pasillo.

Mi arma estaba lista. Me acerqué a un armario grande que se encontraba al fondo, mis ojos alertas, mis sentidos al máximo.

—¡He dicho, ¿hay alguien ahí?! —grité, mi voz cortante, imponente.

El sonido volvió, esta vez arrastrándose, como si algo intentara escapar de las entrañas de la casa. Mi respiración se hizo más pesada.

Me acerqué al armario y lo abrí de golpe, la puerta rechinó con un sonido espeluznante. No había nada.

—Mierda, creo que estoy empezando a perder la cabeza… —murmuré, pero el miedo que comenzaba a invadirme me hizo apretar los dientes.

El ruido volvió. Esta vez, era más fuerte, más violento. Se escuchaba como si alguien estuviera rasguñando las paredes desde el otro lado, dejando huellas de desesperación. Y entonces, un susurro…

—Ayuda… —se oyó, débil, roto, proveniente de algún lugar detrás del ropero.

Con todas mis fuerzas, traté de mover el pesado mueble, pero parecía estar clavado al suelo.