Una niña rica que parece estar en un completo bloqueo mental al no poder pintar algo bueno, decide buscar inspiración en diferentes partes del mundo, por supuesto que Lisa no esperaba para nada haberse involucrado con cierto piloto Español.
-Si, lo acepto, acepto que soy una tonta por estudiar arte-. Me apoyé en el borde de la piscina tomando la piña colada.
-yo no dije que fuera algo malo, simplemente pienso que debiste haberlo pensado un poco mejor antes de. - aclaró mi primo.
-ahora estoy estancada y papá sigue pagando mis gastos, debí hacerle caso y estudiar derecho- Di la razón recordando sus inmensos intentos para ser lo que el quería.
-Tu misma lo has dicho cientos de veces, odias el derecho. -Aseguró mirando de reojo a la bonita camarera que atendía a las personas que se encontraban sobre los camastros.
-Que es lo que haces cuando no estás en la Formula uno? Además de ser mujeriego, claramente-. Hice énfasis en la última frase, ya que Evan, los últimos años pasaba casi todos sus fines de semana de país en país para ver 20 millonarios correr en carros frágiles.
Y cuando no lo hacía era porque estaba ocupado trabajando de arquitecto, uno muy bueno por cierto, recientemente terminó de construir la casa de nuestro abuelo en Saint-Tropez.
-Como decirlo...me divierto simplemente, aveces practico golf, voy a congresos o salgo a una que otra fiesta. -Se apoyó sobre el borde de la piscina mirando el atardecer.
-Desde cuando practicas golf?- Reí ligeramente dejando el vaso de cristal sobre la orilla.
-Desde que me volví millonario por mi cuenta.-me dedicó una sonrisa.
Cierto, en cuanto cumplió 18 años, mi tío le advirtió que debía aprender a solventar sus propios gastos mientras estuviera estudiando, desde ese entonces aprendió a gastar prudentemente o gastar todo lo que quiera siempre y cuando fuera su propio dinero.
Gracias a dios que papá no me hizo eso, de lo contrario estuviera en la quiebra viviendo de sopa instantánea en la calle. Aunque en el pinaculo de mi anterior carrera me había ido muy bien, pero han pasado tres años desde eso.
-El punto es que tengo que hacer eso mismo pero con arte, solo que no se como hacerlo, se supone que debo pintar piezas sublimes pero no tengo inspiración alguna, estoy tan bloqueada como una computadora de la que no tienes la contraseña.- Observé como Evan salía de la piscina y luego me tendía la mano para ayudarme a salir.
-Creo que puedo ayudarte.- Tomó una toalla para secarse y la otra me la entregó.
-Pero como?- cuestione caminando junto a él hacia el hotel.
-Solo necesitas dos cosas.- Hizo una breve pausa. -Esa cabeza llena de ideas y rodearte de la gente correcta.
-Como sea, escucharé tus ideas fantásticas más tarde, tengo que irme, prometí llevar a Penny a la orquesta esta noche.- Saqué de mi bolso la tarjeta de mi habitación. -Puedes venir con Ben si gustas.
-De acuerdo, envíame los detalles. -Aseguró despidiéndose.
Un beso en la mejilla y nos despedimos, entré en mi habitación para comenzar a arreglarme para esta noche.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Las piezas de Tchaikovsky son arte en toda la extensión de la palabra.-Suspiró Penny satisfecha.
-Admito que no soy fan de la música clásica pero me gustó, me resulta algo, como decirlo...esa sensación cuando se te ponen los pelos de punta ¿satisfacción? - Admitió Ben algo sorprendido.
-Eres un hablador, antes dijiste que era aburrido y ahora te gusta? -Evan Alboroto su cabello.
-Bueno, que sugieren? Nuestros padres y tíos están cenando por lo tanto ustedes dos están a nuestro cuidado. -Miré a Ben y Penny.
Como primos eramos muy cercanos, desde niños Evan y yo siempre fuimos muy unidos, ahora yo tengo 24 y el 28 años y seguimos brindando por nuestra juventud.
En cambio su hermano Ben de 14 años y mi hermana Penny de 15 años no se llevaban mal pero ahora mismo nos vendría bien un rato pasando tiempo de caridad con nuestros hermanos y primos, algo muy común en los mexicanos.
Ben se acercó y apartó a Penny susurrando algo al oído con una sonrisa maliciosa, después ella también comenzó a reír en silencio y luego nos miraron a ambos.
-Queremos McDonald's.- dijo firme el adolescente. -Casi nunca comemos hamburguesas. - Bien era cierto que nuestros padres rara vez nos dejaban comer comida chatarra desde niños.
Reí ligeramente y mire a Evan, luego me acerqué a ambos con una sonrisa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Lo haz pensado tan siquiera un poco?- Inquirió insistiendo una vez más.
-No, no y no.- hice una pausa suspirando. -No me parece algo prudente, el hecho de que me ofrezcas viajar contigo por diez meses para ver todas las carreras de Formula uno es una locura, papá dirá que estoy siendo vaga de nuevo. -volví a recostarme en la cama mientras él intentaba quitarme las sábanas.
-Pero si tienes un propósito verdadero, puedes conseguir inspiración emocionante en este deporte y puedes relacionarte con millonarios que les encanta gastar cantidades excesivas de dinero en arte, de alguna forma es su pasatiempo. -aclaró Evan insistiendome.
-No se si pueda soportarlo, papá quiere resultados de mi carrera y solo son diez meses, además no creo soportar el Yet Lag. -Por fin me levanté algo confundida.
-Porfavor, tu compañía no me viene mal, tómalo como una oferta de trabajo. -Alborotó mi cabello.
Si bien no era fan de Formula 1 pero en el fondo sabía que Evan tenía razón, esto podría funcionar, hay demasiados millonarios en Mónaco que podrían interesarse en comprar mis pinturas o incluso esculturas, sería bueno, no?
En cuanto a tener la cabeza para poder hacerlo dudaba, hace meses que no lograba pintar nada bueno, pero tal vez cambiar de aires constantemente me ayudaría a cambiar la perspectiva.
Pero que estoy pensando, debe funcionar, de otra manera le estaría dando la razón a papá sobre que tomé una pésima decisión en cuanto a mi carrera profesional.
-Te odio tanto lo sabías?- Lo miré retadora por un momento, como si tratara de leer mis ojos para anticipar una respuesta. -Está bien, iré contigo.
En cuanto dije esto saltó con alegría festejando, pero ¿porqué festejaba e insistía tanto en que fuera con él?.
-Perfecto, volverás a la capital, le dirás a mi tío que vendrás conmigo y vas a empacar por lo menos 10 maletas, será mucho tiempo fuera de casa-. Me abrazó fuertemente emocionado. -Te prometo que no te arrepentirás.