Noche, Japón, la calle desierta y carente de vida excepto en un pequeño establecimiento, restaurante de comida variada abierta las 24 horas, un joven pelinegro que gritaba incesantemente por comida hasta ser finalmente atendido y ahora estar felizmente zampándose su pronto desayuno, Luffy.
Noche, Japón, la misma ciudad pero al otro extremo, un departamento en aparente serenidad, una habitación sumida en la oscuridad exceptuando la luz de la Luna que iluminaba una pequeña esquina al fondo de una sencilla habitación, un joven pelirrosa que apretujaba su cuerpo hecho ovillo contra la pared, temblando, Koby.
Luffy se encontraba comiendo plácidamente una buena cantidad de platos de carne de distintos animales y diferentes regiones, cuando la vibración de notificación de su celular desvía su atención de su plato de comida para sacar su celular y ver de que se trataba esta vez.
Lo sorprendió ver el mensaje de Koby, su viejo amigo, y su conten alarmado:
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De: Koby Enviado a las 2:20 am Sábado Leído
-¡Buenas noches, Luffy-san! Disculpe que le escriba a estas horas de la noche, pero tengo un problema muy urgente y requiero de su ayuda, si sería tan amable de pasar a visitarme le estaría sumamente agradecido, desgraciadamente, es un tema delicado, del cual no puedo contarle en mensaje, pero si en persona, disculpe las molestias.
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Entre tanto, Luffy se apresuraba a zamparse toda la comida que sobraba en los demás platos restantes y salió disparado fuera del establecimiento de comida variada, diciendo únicamente a los meseros de allí que su amiga Nami pagaría su comida, corriendo hacia el otro extremo de la ciudad como el muchacho energético que siempre ha sido.
Koby por su parte, seguía temblando en aquella pequeña esquina, y a pesar de que el aire no estaba frío en aquella noche, su cuerpo se sacudía como si pasara grandes temperies, su pecho subía y bajaba con fuerza y rapidez, parecía que acababa de nadar en agua helada y ahora sufría de hipotermia, hubiera sido ese el diagnóstico de cualquier médico si no fuera por su corazón que saltaba estrepitosamente sin haber hecho ningún aparente ejercicio, acompañado por un extraño sonrojo en todo el rostro y cuello del pelirrosa, cosa que haría sospechar a cualquiera de que padecería el pobre de Koby.
La velocidad con la que corría el pelinegro era inhumanamente rápida, sujetando con una mano libre su característico sombrero de paja para mantenerlo en su lugar, mientras lo recorría un hormigueo de nervios y emoción que lo sacudía de pies a cabeza, podía sentir su sangre palpitar por todo su cuerpo, preparado para saltar a la acción y al peligro, estaba dispuesto a ayudar a su amigo a toda costa y por cualquier medio.
Una vez que llego al hogar del menor, se plantó frente a la entrada principal, tocó el timbre unas cuantas veces y tocó la puerta frenéticamente, pero al no recibir respuesta, pegó un par de gritos al piso de Koby, intentando que éste lo escuchara, y como siempre, importándole poco el escándalo que estaba causando en toda la redonda, despertando a vecinos y que estos mismos le gritaran que se fuera a dormir de una vez por todas, pero nuestro monito era oídos sordos a otras personas.
Espero unos cuantos minutos más hasta que se impacientó y decidió tomar cartas en el asunto, buscando entre sus bolsillos la llave para abrir esa maldita puerta que daba a los departamentos, al no encontrarla, empezó a hurgar en todas las macetas, el tapete de bienvenida, debajo de rocas, todo lugar en donde alguien podría guardar una llave para entrar al edificio.
Una vez encontrada la llave, oculta en el marco de una ventana, abrió rápidamente y salió disparado hacia el departamento de Koby, y una vez allí, con toda la seguridad y confianza del mundo, giró la perilla del hogar de su amigo, quien cedió, y empujó la puerta para entrar.
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꧁Maestro del amor꧂
FanfictionKoby y Luffy llevan siendo amigos mucho mas tiempo que con cualquier otra persona, pero todo cambia en una simple semana, en donde nuestro pelirrosa despierta una noche con su primera erección, asustado, pide ayuda a su amigo pelinegro, y éste está...