1. EFECTO INNATO.

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Todo empezó una noche de verano: James me tomaba de la cintura mientras su lengua buscaba la mía, —esto estaba mal—, lo sabía, sin embargo, me importaba más conservar ese momento, uno en donde su novia no estuviera presente y me pudiera permitir sentir su boca sobre la mía: lo que siempre quise.

Ambos nos miramos a los ojos y sonreímos, muy en el fondo sabíamos que deseábamos esto. Sin importar qué fuese, a los dos nos hacía sentir bien, podría ser que completos. Pero no, él no iba a terminar con Eleanor, me lo había dejado muy en claro todas las veces que intenté buscarlo para hablar de lo mismo, de mis sentimientos, de que era injusto que estuviese jugando conmigo de manera tan grotesca, aún así, él siempre había dicho lo mismo; un frío y vacío "No".

—¿Por qué sigues haciéndome esto? —me animé a preguntar—. Sabes lo mucho que me gustas y tus besos me dicen que tú sientes lo mismo por mí, ¿por qué sigues con Eleanor, cuando a la que realmente quieres es a mí? ¿Hay algo malo en mí?

—Sellín, entiéndelo. Somos dos críos quedando de vez en cuando, lo cual no significa nada, en cambio, lo mío con Eleanor es especial; tal vez algo que nunca sentiría por ti. —contestó, mirándome a los ojos fijamente.

Me tomé un momento para asimilar lo que había dicho y darle la razón, sí que la tenía... Como último movimiento decidí plantarle otro beso e ir directo por mis cosas, dejándolo solo. Sus palabras habían penetrado de manera hiriente en mí, y yo no aguantaría tanto, por lo que pronto me echaría a llorar de manera descontrolada, pero no quería humillarme frente a él y mostrarle que realmente me importaba más de lo que pensaba.

Cuando entré de nuevo a la fiesta a la que había asistido, pude divisar la silueta de mi mejor amiga desde lejos, quien estaba bailando con un chico. No quería arruinarle el momento, aunque necesitaba irme de ahí lo antes posible, caminé hacia ella y la jalé del brazo, intentando decirle lo qué me pasaba.

—Florence, me la estoy pasando muy mal aquí, ¿podríamos irnos? —Sus ojos se clavaron en los míos, abrió la boca para decirme algo, pero justo en ese momento el chico con el que yacía bailando le robó un beso, uno que duró demasiado.

Observando la escena, suspiré y agarre el vaso de cerveza que tenía en sus manos, me lo bebí todo con la intención de olvidar lo que había pasado; así estuve un largo tiempo. No sé cuántos vasos pedí esa noche, o con cuantas personas interactúe, porque para ese momento ya había olvidado las palabras que momentos antes James me había dedicado.

Poco después, cuando a mi alrededor empezaron a fumar y esparcirse olores desconocidos, supe que debía de salir de ahí, esta vez de verdad. Cogí las cosas que llevaba y mi chaqueta, salí por la puerta trasera de la casa, la cual me llevo a un oscuro callejón, pensé que a pesar de los años que llevaba viviendo ahí, seguía sin saber que camino debía tomar para llegar a mi casa, algo ridículo. ¿Quién diría que yo, Sellín, estaría dentro de una de esas fiestas clandestinas en donde suceden accidentes que llegan a la televisión abierta?

De repente, caí al suelo y el sueño se apoderó de mí, hasta que oí una voz grave llamándome.

—Reacciona, Sellin. No deberías estar aquí. —susurró a mi oído.

Sentí sus manos guiarme de nuevo a la fiesta, yo no quería regresar, pero mis fuerzas no fueron suficientes para llevarle la contraria, por lo que me dejé llevar. Su tacto era suave, lamentablemente no pude ver su rostro, pero sí que tenía una voz especial: quería que pronunciara mi nombre tantas veces hasta que mi cabeza doliera.

Caminamos y caminamos, y finalmente pude escuchar otra vez la voz de Florence, un rayito de luz dentro de todo ese ambiente, inferí que era extraño que siguiera manteniendo sus cinco sentidos intactos, sobre todo cuando este tipo de situaciones regularmente son al revés.

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⏰ Last updated: 4 days ago ⏰

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