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Antes de nada he sacado el SHIP de tchoutchoumivida, q ha hecho una historia increíble y m he enamorado de él ship, así q gracias 🫂




La muerte es una cosa que la mayoría evita, pero Pau Cubarsi estaba en un punto de su vida en el que morir parecía su única salida. Había dedicado cada momento de su tiempo y cada pedazo de su corazón a una sola persona: Lamine Yamal. Lamine era su mejor amigo, su confidente y, en secreto, su amor más profundo. Desde el momento en que se conocieron, Pau sintió que había algo especial entre ellos, una conexión que lo hacía creer que, tal vez, Lamine sentía lo mismo.

El fútbol era el mundo en el que ambos se movían, y compartían muchos momentos juntos en el campo. Pau recordaba los partidos en los que, después de una buena jugada, Lamine lo abrazaba o le daba una palmada en la espalda. Esos pequeños gestos, aunque insignificantes para otros, eran el motor que impulsaba a Pau a seguir adelante. Se aferraba a esos momentos, convencido de que había algo especial, algo real.

Sin embargo, todo cambió después de la Eurocopa. Pau estaba viendo la final desde casa, emocionado y nervioso, esperando ver a Lamine brillar. Pero el momento de euforia se rompió cuando, en un inesperado giro de los acontecimientos, comenzaron a circular fotos de Lamine y Nico Williams, abrazados y mirándose como solo se miran dos personas enamoradas. Al día siguiente, las redes sociales estaban llenas de titulares que confirmaban la relación. Lamine y Nico, juntos. Lamine y Nico, sonriendo. Lamine y Nico, felices.

Pau sintió cómo su mundo se venía abajo. Todo lo que había imaginado, todos los sueños que había construido en silencio, se desmoronaban frente a él. Era como si una pesada oscuridad cayera sobre él, una soledad que no parecía tener fin. Las semanas siguientes fueron un tormento. Pau se alejaba cada vez más de sus amigos, de su familia, de su vida.

Una noche, incapaz de soportar el peso en su pecho, Pau salió a caminar por la ciudad. La brisa fría le helaba la piel, pero él apenas lo notaba. Perdido en sus pensamientos, llegó a un parque donde solía ir con Lamine cuando eran niños. Las risas y recuerdos le invadieron la mente, y fue entonces cuando sintió una chispa de dolor y esperanza.

Se dio cuenta de que no podía seguir hundiéndose en la tristeza. Recordó que antes de que Lamine fuera su todo, él también tenía una vida, sueños, y personas que lo querían. Decidió que no sería fácil, pero que encontraría la manera de volver a ser él mismo, de sanar. Y, aunque sabía que el camino sería largo y duro, dio un paso hacia adelante, dejando atrás ese parque lleno de recuerdos.

Aunque Lamine estaba profundamente enamorado de Nico, no pudo evitar notar la tristeza en los ojos de Pau cada vez que se cruzaban. Pau intentaba sonreír, mostrarse alegre, pero Lamine podía ver que algo había cambiado en él. Lo conocía demasiado bien para no darse cuenta de que algo andaba mal.

Un día, después de un entrenamiento, Lamine decidió enfrentar la situación. Buscó a Pau en los vestidores y, con un tono suave pero firme, le preguntó:

—Pau, ¿estás bien? Últimamente te veo distante. Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?

Pau sintió un nudo en la garganta al escucharlo. Lamine, el mismo que ocupaba sus pensamientos día y noche, ahora estaba frente a él, preocupado, sincero. Pau dudó por un instante, tentado a abrir su corazón, a contarle todo lo que había estado sintiendo. Pero el miedo lo detuvo. No quería arruinar su amistad, y mucho menos interponerse entre Lamine y su felicidad con Nico.

—Estoy bien, solo… tengo cosas en la cabeza —respondió, evitando su mirada.

Lamine frunció el ceño, sin convencerse del todo, pero decidió no insistir. Aun así, desde aquel día, comenzó a estar más atento a su amigo, a buscar maneras de hacerlo sentir mejor, de recordarle que siempre estaría a su lado.

die(cubarsi x lamine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora