DESDE AQUÍ

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La celda parecía un refrigerador del atormentante frío que resguardaba. La zaunita llevaba fácilmente unos dos días encerrada, y podía apostar que la nueva sheriff estaría buscándola ya que podía sentir pisadas rápidas y algo bruscas.

Antes de que siquiera prestara atención a eso, toqueteó un poco las rejas y la tecnología de las nuevas cárceles instaladas en el centro de Piltover. Le parecía chistoso, no tenían ningún cuidado sobre los presos pero sí en sus celdas.

-Aquí estás- Esa voz demandante y al parecer de Zaza bastante insoportable, hizo que sus ojos fueran vagamente a la peliazul

Ninguna de las dos dijo nada en ese intercambio de miradas, pero Caitlyn suspiró, entendiendo que debía tomar las riendas ella.

-Sabes por qué estás encerrada- Dijo, con obviedad

-¿Me lo recuerdas?- Bromeó, dando una sonrisa algo ladina

-No quiero escuchar tus juegos. Tú sabes donde está el paradero de Sevika- Fue tan directa que se sorprendió un poco- El tiempo vuela, si no vas a hablar pasarás tu vida aquí.

-Oye, pasar mi vida aquí no suena mal, eh, tan solo me faltarían un par de mantas- Dijo sarcástica, algo que a Caitlyn no le gustó para nada.

La Kiramman miró hacia atrás, haciendo un ademán con su cabeza, dirigiéndose a los vigilantes que estaban en un punto donde Zaza no podía ver. Una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo, haciendo que quede extremadamente débil ante los piltillos.

-Espero que mentalices sobre pasar aquí toda tu vida- Sugirió, a punto de irse y dejarla con aquellos hombres que iban a torturarla.

-No, no, espera- Musitó - Tú ganas..

Una risita nasal se escapó de Caitlyn, orgullosa por su resultado.

-Pueden irse‐ Pidió, los vigilantes hicieron caso de inmediato. Se agachó quedando cerca de los pies de Zaza, donde ajustó una pulsera rastreadora, capaz de explotar fuera de su rango.

La pelinegra conocía muy bien aquello, por la cantidad de veces que tuvo que pasar en la calle o siendo arrastrada por los mismos vigilantes.

-Tan solo por si acaso‐ Se excusó sarcásticamente la Kiramman, obteniendo una mala cara por parte de la zaunita.

-Quiero mis armas de vuelta, y las quiero intactas.

-Como tú digas, pero en cuanto Jinx esté entre las rejas.

Una risa muy leve y silenciosa amenazaba con salir, pero optó por quedarse en silencio. Mientras abrían la celda, unas esposas eran colocadas en sus muñecas, y viendo por primera vez la luz del sol salió de aquella prisión.

Caitlyn la paseó casi por todo el centro ciudadano, Zaza podía contemplar nicho movimiento y además de eso caos, protestas de ciudadanos piltillos y el edificio del consejo enteramente en ruinas. Miró a la peliazul, notando como ni siquiera quería voltearse a mirar.

—Qué harán ahora que su consejo está muerto– Dijo, siendo más una afirmación que una pregunta.

La de ojos azules simplemente la miro de reojo sin decir nada más, y siguió con su camino.

Ahora tenia donde transportarse segura hasta Zaun. Y se dirigían allá no porque Zaza le hubiera indicado, sino porque tenía otro problema que resolver. 

—¿Te gustan las peleas ilegales?– Extrañada preguntó al observar a donde se dirigían

—No.

—¿Y qué hacemos aquí?

LOYALTY | ARCANE S²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora