Fácilmente el corazón podría salirse de su pecho , volver a México no estaba en sus planes anuales y en ningún futuro , no porque no quiera al contrario le gustaría mucho hacerlo pero ir solo y sin su padres no era lo mismo . Con Max era distinto , no estaba solo
Al bajar del jet un auto los esperaba a ambos para llevarlos directo al hotel , cuando llegaron fueron recibidos por unos cuantos fotógrafos , para esto antes de bajar del auto
- pecas , necesito que uses esto - le mostró unos lentes , gorra y cubre bocas y una campera grande
-'Porque' - pregunto
- Porque es muy pronto , además no quiero que te hagas daño - le sonríe , una sonrisa , fue más que suficiente para que Sergio confiara en el , siempre lo a sido
Al bajar del auto empezaron los gritos y preguntas "Max! Que piensas de las palabras de landó!" "Max quien es esa persona" "una nueva novia?" "Max unas preguntas""Max,esta en peligro tu campeonato?"
Claro que fue raro ver al actual campeón del mundo bajar agarrado de la mano con una persona "X" completamente de incubierto
Max se apresuró a llegar al piso donde se suponía está a la habitación donde se hospedaran , el equipaje llegaría ahí de todas formas así que su mayor preocupación era que por el momento nadie vea a Sergio , era muy pronto para presentarlo como suyo , hasta que el acepte serlo claro
...
- a dónde iremos primero?
- "No lo sé , no salía mucho cuando aún vivía aquí"- su mirada perdida en las calles de cdmx , Max manejando , era mala idea pero estaban juntos
- Entonces yo seré tu guía turística,supongo que tengo más experiencia - Apretó el volante , ya tenía un itinerario preparado para todo
Decidieron disfrutar juntos de algunos de los lugares más hermosos de la ciudad. Iniciaron su recorrido en el Bosque de Chapultepec, caminando de la mano entre los árboles mientras escuchaban el canto de los pájaros y el suave sonido de la fuente cercana. El clima era perfecto: un cielo ligeramente nublado que refrescaba el ambiente, ideal para caminar sin prisa.
Después, se dirigieron al Museo Tamayo. Entre risas y comentarios sobre las obras de arte contemporáneo, ambos compartieron sus interpretaciones y chistes sobre algunas de las piezas, disfrutando de la tranquilidad del museo en una tarde no muy concurrida.
Al salir del museo, caminaron hacia La Condesa, donde decidieron sentarse en un café con mesas al aire libre. Mientras saboreaban un café y unos postres artesanales, veían pasar a la gente y a los perros que paseaban en el parque cercano. La conversación fluía naturalmente, recordando anécdotas, sueños y planes para el futuro, y se sentían agradecidos de tenerse el uno al otro.
La tarde iba cayendo, y la luz dorada del atardecer empezaba a iluminar la ciudad. Tomaron el metro hacia el Centro Histórico y llegaron justo a tiempo para ver el Palacio de Bellas Artes teñido de tonos cálidos. Decidieron terminar el día con una cena en uno de los restaurantes de la Alameda Central, donde disfrutaron de la comida mexicana entre miradas y sonrisas.
Mientras iban de regreso al hotel , con las calles iluminadas y la ciudad empezando a entrar en su ritmo nocturno, se sentían felices y plenos. Era una tarde sencilla, pero llena de momentos que ambos sabían que recordarían por mucho tiempo.
- Dime porfavor que logré entretenerte - Dijo mientras cerraba la puerta de la habitación, girándose para ver al pecoso
- "Por supuesto , la pasé increíble"- se sentó en el sofá importandole poco se sacó los zapatos y empezó a caminar descalzo - "Lo lamento pero los pies me estaban matando"