Flash [Cady Heron X Regina George]

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Se supone que debía sentarme con Janis y Damien, pero, esta chica, la que Janis me advirtió no acercarme, estaba ahí sentada, luciendo tan imponente, pidiéndome que tomara asiento.

Un tanto rara esta experiencia, ni siquiera estaba vestida como ellas, tan glamurosas y rosadas, y allí estaba ese trío dispuesto a que fuéramos un cuarteto, comenzaron a atiborrarme de reglas y bueno, ahora sabía que solo los miércoles usamos rosa; noté, que en todo momento, esa, la "abeja reina" no despegó su brillante mirada de mi. Solo pensaba "Que razón tenían todos al admirarla".

...

Entonces el almuerzo acabo, quería salir corriendo a contarles a mis dos nuevos amigos todo lo que me habían dicho, sin embargo, antes de ir al salón, quisieron pasar al baño. Gretchen y Karen esperaron fuera, obedeciendo a las órdenes claramente.

Dentro del baño, me miraba en el espejo esperando, respirando hondo pues no alcanzaba a dimensionar el magnetismo de estas chicas, pensaba solo en cómo toda esta gente puede lidiar con la escuela desde tan pequeños, es tan cansado, una tortura casi y solo llevaba aquí un par de días, pensando que preferiría estar en África, estar con mis viejos amigos, en casa sentada con mi madre frente a mí, hablándome de historia con la mirada elevada en el techo vislumbrando sus recuerdos. Una fría mano me tomó de la cintura y me giró, ni siquiera me dí cuenta, supongo que es algo común hacer esto con una amiga, tenía a Regina George ahora de frente, mi espacio personal invadido, mi cintura congelandose bajo sus largos dedos.

Ella ladeó la cabeza sin mirarme, sonriendo.
-Enserio, me encanta tu pulsera - jugueteó con ella.
-Hum - dije, porque no podía pensar en nada para decir - si quieres, puedes tenerla - apresuradamente intenté quitármela, pero ella lo impidió.
-No - sonrió - solo, es que te queda linda.
Pero no me soltaba.
-Bueno, es que tú eres linda.
Demasiados cumplidos y el hecho de que si me movía podía hacer que mi nariz tocará la suya, me forzaron a dar un paso atras, lejos de su aliento olor a cereza.
-Gracias.
Ella bajó la mirada junto con su mano, sus cejas se arquearon, se apartó.
-Estas de acuerdo.
-Qué?
-En que eres linda.
Cuando estábamos en la cafetería había usado la palabra "hermosa".
Pero ella se giró al espejo, se arregló el cabello y salió, como si ni siquiera fuera consciente de que yo estaba allí también con ella, como si no esperara una contestación de mi parte.

Si, ahora notaba porque todos la subían a un pedestal, tenía una confianza increíble, era, realmente... intimidante.

Ni Janis ni Damien necesitaban que les contara esto, ellos ya sabían que Regina George era lo que era.