The Ghoul

2. Los secretos de Triya.

Iba a los pueblos más cercanos comprando víveres para un largo e interminable viaje ya que después de lo ocurrido no podía quedarme por mi bien en ningún sitio o eso creía. Un día decidí meterme en Friya, un bosque muy conocido ya que los únicos habitantes que lo ocupaban eran seres mágicos y algún que otro animal ancestral. A estos, en los pueblos más arcanos se les rendía culto, bien con una estatua en el centro de dicho pueblo o bien en un templo. Lo que más me llamaba la atención de este magnífico lugar era un santuario, casi en ruinas por el paso de los años y de la naturaleza, aunque por fuera estuviera deteriorado aún se podía ver algunas inscripciones antiguas que pocas criaturas y personas entendián, pero a mi suerte, mi madre al ser ángel sabía todo tipo de lenguas y me pudo enseñar algunos caracteres, aún solo con la edad de 15 años ya sabía reconocer y representar más inscripciones antiguas que cualquier arqueólogo en 20 años. En la entrada se decía que había un guardián, se sabe poco sobre su apariencia ya que los humanos no solían salir vivos de allí para contarlo. Una vez llegué allí me preparé por si dicha criatura se disponía a atacarme, pero solo vi una gran estatua de un hipogrifo dividiendo así la escalera para entrar en dos. Tras unos minutos esperando y viendo que nada se movía, me armé de valor y me dispuse a entrar, que incosciente fui. Al subir el segundo escalón, una voz que retumbó dentro de mi invadiéndolo rápidamente de miedo, hizo que me girara en un movimiento brusco en busca del dueño de esas palabras, pero no vi nada. Fijándome más en el entorno, sin querer reconocerlo, aquella estatua que vi a mi llegada desapareció, seguí buscando moviendo la cabeza de un lado a otro por si alguien la había movido o se había caído, pero lo único que sentí fue un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, alguien o más bien algo, respiró cerca de mi oreja, podía sentir como el mismo sujeto me estaba acechando y me quedé totalmente bloqueada. Me giré despacio sin hacer movimientos que llevaran a mi fin y quedé perpleja al ver la estatua, pero esta vez con vida, aquella bellísima criatura estaba delante de mi, era un hipogrifo de verdad, tenía un plumaje hermoso, sin duda alguna la fama que le dan es bien merecida. Al mirarle a los ojos puede verme reflejada en ellos, así era ahora, ya casi ni me acordaba de mi aspecto. Tras unos minutos contemplando aquel animal la misma voz volvió a sonar, esta vez pude oirlo con toda claridad, ''¿Quién eres y que haces aquí?" decía con tono enfadado, no sabía a quien pertenecía aquella voz, de él estaba claro que no, después de todo es un animal, ¿no?, pero...allí no había nadie más. Respondí a la pregunta formulada ''Me llamo Astrid, hija del ángel Diana y vengo a conocer todo lo que me queda por saber de Dardim'' dije alto y claro aunque bajé un poco el tono cuando mencioné el nombre de mi madre, le extrañaba. Aún seguía contemplando a aquel ser y cada vez más convencida de que la voz provenía de él, ¿Y si...tenía telepatía?

Ante la duda y antes de que volviera a hablar decidí preguntárselo, "¿Eres tú el que habla?". Tras esto no respondió con palabras, solo asintió.

?: ¿Por qué debería dejarte entrar? - Dijo levantando las alas y mirándome fíjamente -

Ante tal gesto, reaccioné rápido y me aparté sin darme cuenta de que mis ojos tornaron a los de un ghoul, así reaccionaba mi cuerpo ante posibles ataques, él volvió a hablar.

?: Así que una ghoul, ¿eh? - Mientras se reía de forma sarcástica - Lo tienes complicado, ¿Cómo se siente siendo la única de tu especia, mocosa? - Sentándose en la escalera sin dejar de mirarme -.

Astrid: ¿A qué te refieres con "complicado"?, ¿Qué sabes sobre los ghouls?, ¡Responde por favor!

La conversación se convirtió interesante en el momento en el que dijo "ghoul" así que decidí seguirle la corriente.

?: Simplemente, tu raza es poco querida por las personas, pero muy respetada por criaturas como yo, aunque no sea mi caso y no creo que lo hayas pasado muy bien desde que te concibieron tus padres, ¿Me equivoco? - Con cara desafiante -.