My Dream Situation - YohaRiko

First and Last

Riko estaba tumbada en su cama, los pies descalzos al aire, completamente absorbida por el último manga yuri que había comprado. Las páginas estaban llenas de momentos apasionados, de esos kabedon que le aceleraban el pulso y le hacían imaginar qué se sentiría vivir algo así en carne propia.

Al otro lado de la puerta, Yoshiko sostenía con entusiasmo un libro que acaba de comprar. Estaba segura que a Riko le gustaría.

Tocó un par de veces la puerta, pero no obtuvo respuesta.

—¡Lily! ¡Traje las escrituras del apocalipsis que mencioné el otro día! —llamó la peliazul. Cuando nadie respondió, frunció el ceño, decidida a insistir.

—Entra, Yoshiko, seguro que Riko no te escucha. Sabes como es con esos audífonos —le dijo la madre de Riko desde la sala, casi sin mirarla.

Yoshiko abrió la puerta y se adentró en el cuarto de Riko. La chica en cuestión levantó la vista sobresaltada al ver a Yoshiko y, en una reacción inmediata, tiró la sábana encima de sus mangas, tratando de ocultar sus preciadas adquisiciones.

A penas Riko la vio, soltó un grito bastante agudo que la sobresaltó.

—¿Qué pasa para que grites así? Me asustaste. —se quejó Yoshiko, acercándose a la cama.

—¡¿E-eh?! —tartamudeó Riko, su voz entrecortada mientras intentaba parecer más tranquila. — Soy yo quien tiene derecho a asustarse. Toca la puerta antes de entrar—reprochó.

—¡Toqué varias veces! Pero no me escuchaste —se defendió de brazos cruzados, mirando aún las manos de Riko que apartaban algo bajo sus sabanas.

—Y bueno, ¿qué estás haciendo aquí, Yoshiko?

—Traje las escrituras apocalípticas del ángel caído que querías leer. ¡Y no es Yoshiko, es Yohane! —respondió con esa mirada enigmática y un tono solemne, típicos de Yohane—. Pero oye, ¿por qué estás tan nerviosa?—preguntó, notando el movimiento repentino de Riko, que todavía parecía empeñada en cubrir algo bajo la sábana.

—¡No lo estoy! ¿Quién dijo que estaba nerviosa? ¡Yo no! Entonces, ¿las escrituras apocalípticas del ángel caído? ¿Qué es eso? ¿Se come? —intentó desviar el tema desesperadamente, sacándole conversa a Yoshiko en lo que pensaba en su plan de escape de la situación que podría comprometer su reputación.

—¡Te lo acabo de decir! ¡El libro que querías leer el otro día! Como sea, ¿puedo sentarme en la cama también? Caminé hasta aquí y estoy cansada.

Antes de que Riko pudiera contestar, Yoshiko, con su aire de “caída de las sombras”, avanzó hacia la cama y se dejó caer. Inmediatamente, sintió algo duro bajo su pierna. Curiosa, alzó la ceja y dirigió una mirada interrogante a Riko.

—¿Qué… es esto, Lily? —preguntó, con la intención de alzar el borde de la sábana.

—¡Nada, Yoshiko! ¡Nada, nada, nada! —Riko lanzó un débil chillido y, en un movimiento desesperado, tiró de Yoshiko hacia la puerta, en un intento poco sutil de sacarla del cuarto. Pero el repentino tirón hizo que los mangas, hasta entonces ocultos bajo la sábana, cayeran al suelo de un golpe súbito.

—¿Qué fue ese escandalo? Estás actuando sospechosa. DEMASIADO sospechosa. —la acusó, —Y es yohane. —también la corrigió.

—No hay nada sospechoso aquí. ¿Por qué no mejor eres una buena chica y bajas conmigo a tomar un té en la sala? —Riko volvió a tomar del brazo a Yoshiko para que no pusiera la vista en sus preciados mangas, pero la menor seguía poniendo resistencia.

—Sí... No te creo nada. Estás ocultando algo, ¿no? ¿Acaso tienes libros de magia negra? ¡Muéstrame! —exigió mientras forcejeaba con su little demon, que no parecía tener intenciones de soltarla del brazo.