Mio:
—No pueden estar hablando enserio.
La voz de Kyojuro resonó por los pasillos de la residencia Rengoku, era muy rara la ocasión escucharlo molesto pero en esta ocasión sonaba como si estuviera a punto de matar a alguien.
Yo no debía estar allí, solo había pasado a recoger mi bolso en la entrada de la casa que olvidé llevar conmigo antes de salir.—Joven Kyojuro guarde la calma, esto es algo que debemos discutir como familia con la cabeza fría.–una voz desconocida reprendió a Kyojuro, parecía un hombre mayor, quizás más grande que su padre.
—La promesa de que mi hijo se casaría con la hija del jefe de los Azumabito nunca llegó a concretarse a fondo —la voz de mi querido suegro salió a favor de su hijo mayor– ¿Por qué ahora de repente aparecen exigiendo llevar a cabo la ceremonia de compromiso?
—La difunta señora Rengoku fue quien asistió en su lugar en la última reunión antes que ella falleciera, dejo un documento firmando el acuerdo de casar a su primer hijo varón con la primera hija del jefe de los Azumabito. Me temo que deben obedecer el acuerdo.
Mi corazón latía con tanta fuerza que amenazaba con salirse de mi pecho al escuchar de cotilla, Kyojuro debía casarse y no sería conmigo.
Habíamos llevado saliendo desde hace unos 3 años como novios, ese día habíamos celebrado una pequeña celebración por nuestros años juntos...
¿Quién iba a pensar que el mismo día de nuestro aniversario, sería el mismo día que nos enteraramos de que íbamos a separarnos?—El juramento ya está hecho, no puede romper su promesa debido a que hay un documento que afirma su futuro compromiso y la razón de que no aparecieramos en su puerta hasta ahora, fue porque esperábamos a que la señorita Akari cumpliera la mayoría de edad y ahora que el joven Kyojuro tiene 24 es el mejor momento.
No podía escuchar a escondidas apollada en el tatami sosteniendo mi cuerpo para no caer, como pude salí corriendo a la entrada de la finca donde Tomoe, mi criada, mi dama de compañía y mi mejor amiga me estaba esperando impaciente.
Al verme su expresión fue de sorpresa, desconcertada me llevó a un lado del camino lejos de la gente del pueblo que salían a montones.—Mio, ¿Qué ocurre? Estás pálida como un muerto.–las palabras simplemente no me salían más que intentos de formular monosílabos y Tomoe me sacudió para sacarme las palabras de la boca.
Acabé diciéndole lo que había oído en la residencia de los Rengoku y Tomoe hizo una expresión de lástima mezclada con otro sentimiento que no pude descubrir qué.
—¿Un matrimonio arreglado? Carajo eso está difícil...si firmaron algo, no podrá disolverse.
—P...pero, Kyojuro iba a casarse conmigo.
—Mío...–Tomoe suspiró derrotada sentándose a mi lado– Kyojuro ya estaba comprometido con alguien más antes que te lo propusiera a ti, eso anula cualquier compromiso o promesa que haya hecho.
[• • •]El sol ya casi se ponía en lo que había dejado de llorar en los brazos de Tomoe quien me consoló hasta llegar a casa. Los días pasaron y las cartas enviadas por Kyojuro se acumulaban en mi polvoriento escritorio viejo, eventualmente llegó el día en que mi madre se enteró de la noticia de nuestro "rompimiento" y tan pronto llegó a la casa; fue a dónde estaba y me abofeteó tan fuerte que me hizo caer y mi mejilla ardía como una quemadura en la piel.
—¿¡Cómo te atreves a fallar en el único deber que tenías!? ¿¡Que va a pasar con nosotras sin la protección de una familia de renombre como los Rengoku!? ¡Nos quedaremos en la calle y tienes toda la culpa!
—No fue mi culpa...
—¡Cállate! Debiste haberte aferrado al corazón del hijo de ese hombre, no eres más que un estorbo desde que naciste. ¡Debí haber tenido un varón pero me castigaron con una mocosa que no sirve de nada ni tiene encanto como mujer!
Mi familia en algún tiempo fue una casa fuerte por generaciones como los Rengoku entre los cazadores de demonios, hasta que los superiores descubrieron que un antepasado no solo había fallado en asesinar a un demonio sino que abandonó a su compañero dejandolo como carnada para poder huir tras hacer un trato con aquel demonio para que el deborara a su compañero a cambio de dejarlo ir, esto fue visto como traición que fue pagada con muerte pero desde entonces nuestro apellido cayó en desgracia hasta llegar a mi generación.
Mi padre aún con el apellido y la vergüenza de la familia continuó con su misión como cazador y engendrar un heredero, yo, hasta que a mis 5 años él falleció en una misión al encontrarse con una luna menguante la más fuerte, solo.
Crecí con el sentimiento de que mi madre me veía como su peor error, su deshonra, una piedra en el zapato e incluso en esta situación en sus ojos solo veo su deseo por deshacerse de mi por no cumplir mi deber de entrar a una familia con dinero.—Mio...mio –Tomoe me sacudió hasta que me levanté del futón y me senté– conseguí esto de la cocina del restaurante de la señora kaede, coma por favor.
Llevaba alrededor de una semana encerrada en mi habitación sin comer ni beber agua, las raciones de comida en mi día día era limitadas como un aperitivo de por si pero no poder comer nada en una semana realmente me estaba matando de hambre .
—Tomoe...muchas gracias... –Lloré abrazando a Tomoe para luego agarrar los oniguiris que me había traído.
—Le traje agua, coma despacio.
Me había terminado en segundos los oniguiris y bebí la mitad de la bolsa de agua que Tomoe había traído consigo.
—La señora parece que realmente quiere matarla, mira que encerrarla aquí luego de despedirnos. Me pareció muy extraño no verla las veces que pasé por aquí.
—Tomoe debes irte, es capaz de golpearte si te vé luego de haberte despedido.
—Venga conmigo.
—¿Qué?
—Venga conmigo, le diré a Ren que me ayude a sacarla de aquí.
—Tomoe no puedo irme...esta es la casa mi padre.
—Esa maldita bruja la matará de hambre, a su madre no le importa usted. Ella vendió todas las cosas que el joven Kyojuro le regaló para poder pagarnos y mantener la casa.
Mis ojos se abrieron como plato.
—¿Qué? No, ella no llegaría a tal punto.
—Es cierto, ví la peineta que Kyojuro le regaló cuando fueron juntos de paseo, ¿La recuerda? El joven la llevo para regalarle unos kimonos y la peineta llamó su atención así que también se la obsequió.
Un recuerdo vago de Kyojuro viendo diferentes telas y colores debatiendo cuál me quedaría hermoso, ese día me había avergonzado lo cursi que podía llegar a ser.
—Ella...–mi voz se vió interrumpida ante la voz lejana de madre, había regresado– rápido Tomoe tienes que irte.
Tomoe se escabullo entre los pasillos deteriorados de la casa y salió por la puerta trasera.
La puerta de mi habitación fue bruscamente abierta por mi madre quien me mirada despectivamente.—Te he conseguido otra oportunidad, una familia que tiene un restaurante pequeño como el de la vieja Kaede, no tienen mucho dinero pero peor es nada y lo mejor de todo es que no te conocen.
—¿Qué quieres decir? –la mire incrédula, esperando a que no fuera a eso lo que se refería.
—¿Además de inútil y fea, eres sorda? Te estoy diciendo que te comprometeras con ese muchacho del pequeño restaurante. –se dió la vuelta para irse de la habitación pero antes de cerrar la puerta me miró por sobre el hombro y contraatacó– eso será la próxima semana.
Me dejó allí con un sabor amargo por la noticia, ya no sentía en dulce sabor de las ciruelas encurtidas de aquellos oniguiris que Tomoe había conseguido para mí.
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Es mío -[Shinjuro Rengoku x OC]
FanfictionFanfiction de la obra Kimetsu no Yaiba. Mio es la hija de un ex pilar que fue degradado de su puesto tran el fracaso de una importante misión que llevó consigo la muerte de muchos inocentes, por la culpa abandonó la cofradía de cazadores y murió a c...