Yunjin es su jefa. Engreída, soberbia, pero guapísima. Kazuha lleva trabajando con ella durante siete meses.
Sin embargo, aunque Huh Yunjin esté en la pesadilla de muchos de los empleados de la empresa, desde el inicio Kazuha la admiró y es por eso que siempre quiso trabajar para ella.
En un mundo de hombres, donde la mujer tiene que servir la comida y cuidar a los niños según los estereotipos, Yunjin había desecho el patrón, creando una empresa inmobiliaria y siendo una maldita desgraciada con cualquiera que creyese que pudiera faltarle el respeto.
Kazuha quería llegar a ser como ella alguna vez.
Con el café de su jefa en mano, esperó fuera del ascensor como cada día hasta que Yunjin llegase a las 8:00 AM. Jamás se atrasaba, y Kazuha debía estar allí con la bebida mañanera y una sonrisa para recibirla, como la buena secretaria que era.
—Buenos días, señorita Huh —se inclinó hacia ella, ambas adentrándose al ascensor.
Yunjin quitó sus lentes de sol -que llevaba solo por accesorio-, lamiendo sus labios. Había algo distinto en la americana, y es que Kazuha lo supo porque, por primera vez, Huh parecía chispear felicidad.
—Buenos días —recibió el latte, apretando el botón del último piso. Otra rareza, pues Kazuha siempre debía presionarlo, estaba hasta en su contrato.
Bajaron del ascensor y la mayor respiró hondo, apreciando las oficinas a su alrededor. Pasaba los dedos por las perfectas paredes blancas.
Kazuha frunció el ceño: no había nadie más que ellas dos en el lugar. Y todos debían llegar antes que la jefa.
—Están en el piso nueve. Los mandé a todos allí.
La pelirroja había leído su mente y Kazuha solo asintió, siguiendo su camino.
—¿No preguntarás por qué?
—¿P-por qué, señorita Huh?
—No seas intrusa, Nakamura —se rió de su propio chiste. Kazuha se sonrojó hasta las orejas, aún confundida -Yunjin nunca bromeaba-, aunque cuando intentó disculparse, ella se le adelantó—. ¿Ves todo esto? —extendió los brazos hacia el aire, satisfecha—. ¿Las oficinas? Mías. ¿Las computadoras e impresoras? Mías. ¿Las máquinas expendedoras? Mías —soltó un suspiro.
—Sí, señorita Huh. Todo es suyo.
Yunjin solía tener estos ataques de grandeza. Disfrutaba en particular sacar a relucir el poder que poseía y Kazuha era su oyente favorita, porque Nakamura asentía, le decía que sí en todo; le aportaba a su ego.
—¿Qué más es mío, Kazuha? —abrió la puerta de su espaciosa oficina, adentrándose.
Kazuha también lo hizo, cerrando tras de sí. Vio a Yunjin ir hacia un pequeño estante, admirando sus diplomas.
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recién folladita ♡ kazuha harem.
Fanfictionレズ " Libro de one shots +18 de Kazuha bottom con las miembros de Le sserafim (sin Eunchae hasta nuevo aviso.) " - adaptación, original de @yunamipolola. - smut, romance & angst.