Después del gimnasio me quedo muerto de cansancio, pero el dolor vale toda la pena cuando miro mi físico en el espejo, me siento bien conmigo mismo, y hasta algo vanidoso. Todo esto es posible gracias a la alimentación que escojo minuciosamente, a no consumir sustancias ilícitas, a mi autocontrol. Al contrario de, ese niño, en realidad ha de estar en sus tempranos veintes, pero con esa mentalidad definitivamente es un niño, se la pasa yendo a fiestas a excedese, y va de mujer en mujer, me cae un poco mal, no, no me cae mal, me frustra que un tipo se desperdicie así, podría estar en una liga completamente diferente si se cuidara a si mismo. A veces me lo encuentro en el súper, yo voy por verduras y el por alcohol, me lo he quedado mirando pero no creo que lo haya notado alguna vez, su mente está demasiado ida pensando en que escoger para llevar a su próxima fiesta y fantaseando en lo que vaya a pasar en ella.
Por azares del destino terminé en una de las fiestas que el frecuentaba, acompañando a una amiga que me insistió hasta que acepté, comencé a caminar entre la horda de gente, al ser algo alto destaco bastante, mucha gente se me queda viendo, tal vez venga algún tipo a preguntarme la rutina como siempre y alguna chica a preguntarme si estoy soltero. De repente lo vi ahí coqueteando con una chica, me dió algo en el estómago, sus ojos se desviaron hacia mi, se me quedó viendo, y su mirada regresó a la chica, después de un momento se acercó caminando a mi y comenzó a fanfarronear, tratando de impresionar, lo miré hacia abajo, pues era de menor estatura que yo, y vi como me sonreía mientras hacía una seña con la mano, queriendo incitarme a unírmele. Lo miré intransigente.-¿A que le tienes miedo, vejestorio?-
Me dijó después de soltar una risilla, más no me dejé provocar, no le tenía miedo a lo que el hacía, tan solo lo evitaba por salud, y en realidad tenía un plan mejor que beber alcohol.
...
-Mnh-
-Quédate quieto-
Después de ordenarle eso centré sus caderas en las mías, entrando profundamente en su tibio interior, se retorció y lo acuné entre mis brazos, tratando de distraerlo del dolor de hacerlo por primera ves por ahí, lo besé en el cuello mientras se acostumbraba a mi, comencé a trazar un camino de besos bajando de su cuello hasta su pecho, llegué hasta sus pezones, comencé a lamer y succionar, le di una mordida juguetona, mi dentadura quedó estampada alrededor de su pezón en figuras rojizas, posteriormente le acaricié un muslo, recorrí con la mano toda la extensión de su pierna hasta donde llegó el largo de mi brazo, y luego acaricié de regreso por la parte interior hasta llegar a su entrepierna, lo estimulé con la mano, haciendo movimientos constantes y rápidos, cada acción que realizaba sobre su cuerpo le arrancaba un gemido y se respingaba.
-Que lindo-
Cuando sentí que finalmente se acostumbró a mi, comencé a moverme con vigor, para esto había entrenado mi resistencia vehemente, su cuerpo delgado se balanceaba sobre mi de una forma que me enloquecía, lo tomé por la cadera con ambas manos, enterrando los dedos sobre la suave piel e intensifiqué la actividad, su respiración se volvió más rápida y junto a ella mis embates, los sonidos que él hacía me sacaban de la realidad, a cierto punto no pude más, mis movimientos se volvieron erráticos y después de unos segundos me corrí, lo abracé y apreté mientras me vaciaba en su interior, el se aferró a mi torso con sus piernas y a mi espalda con sus manos, espasmos y un escalofrío se apoderaron de mi cuerpo por unos instantes, finalmente se desplomó, y lo volví a tomar entre mis brazos acariciando su cara y besándole la cara, lo miré con ternura y lo besé, mientras, aproveché para salir de él con cuidado, se volvió a respingar. Su boca sabía a alcohol, pero no me importaba mucho, en la mañana lo haría tomar otra cosa. Jale su cuerpo hacia el mio y nos cubrí con una manta gruesa, su cuerpo estaba caliente y no iba a permitir que perdiera calor, hundí mi cabeza en su cuello.
-Que rico hueles-
A pesar de ser un fiestero parecía que al final si trataba de cuidarse, tal vez fuí muy duro con mi opinión sobre él, pero ahora que está conmigo lo ayudaré a cuidarse más, no le voy a quitar lo fiestero pero podemos ir juntos a fiestas y luego juntos al gimnasio, mi corazón latió con emoción y lo envolví en un abrazo. Le di un beso en la nuca y hundí mi rostro de nuevo en su cuello.
Antes de dormir oí sonar mi teléfono, seguramente era mi amiga reclamándome por no avisarle que me fui de la fiesta, no tomé el celular pero pensando en ese objeto recordé un meme estúpido que vi en una red social, creo que comparaban personas o algo así, lo sacudí fuera de mis pensamientos y me dispuse a dormir.