De la nada, empieza a querer toquetearme, quiere besarme y quiere meterme mano delante de mis amistades.
Alguna vez estábamos sentados en un banco y trató de meterme mano mientras nuestra amiga jugaba con una azada que nos encontramos en el parque, entonces yo le agarro el brazo, evitando así su incómodo toqueteo y metedura de mano y le digo "No" y él se queda triste pero al segundo se le pasa.
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Ni Una Más
Non-FictionExperiencias personales vividas y contadas en este libro para que ni una más sufra lo mismo.