Una mañana fría de diciembre en Hogwarts, Harry, Ron y Hermione estaban desayunando en el Gran Comedor cuando Ron comentó en voz baja:
—Chicos, ¿sabían que mañana es el Día de los Inocentes? Podríamos hacerle un par de bromas a Snape.
Hermione, con un suspiro pero sin poder evitar sonreír, respondió:
—Es nuestro profesor de pociones, y es mejor evitarnos problemas.
Si nos llega ah descubrir nos Ara limpiar calderos por todo el año.— Vamos hermione, hay que divertirnos un poco, si no tiene pruebas, no nos podrá hacer nada.
—Viendolo de ese modo...esta bien, ¡pero si nos descubren diremos que fue tu idea Ron!
Harry asintió emocionado, y los tres se inclinaron para planear cuidadosamente una broma que no fuera fácil de apuntar hacia ellos. Después de mucho discutir, acordaron que lo más divertido sería modificar sutilmente algunos elementos de las opciones, arruinar unos ensayos, y darle un poco de color al murciélago de las mazmorras.
Plan 1: Las pociones de colores
Al día siguiente en clase de pociones, mientras Snape estaba ocupado en otras cosas, Hermione con un echizo no verbal, ah los ingredientes de las pociones los echizo con un hechizo cuidadosamente lanzado, alteró las etiquetas de los ingredientes de modo que, en lugar de producir colores apagados, las pociones de esa mañana saldrían en tonos brillantes y chillones, como fosforescentes. Sin que Snape sospechara, los ingredientes de una simple poción calmante iban a producir un brillante verde lima.
Cuando Snape vio los calderos llenos de pociones resplandecientes, su expresión fue una mezcla entre sorpresa y disgusto, y su tono se volvió aún más seco de lo habitual:
—¿Quién hizo esto? ¿Quién de ustedes piensa que la clase de Pociones es un circo?
Los estudiantes, intentando contener las risas, lo miraban fingiendo ignorancia. Hermione, desde su asiento, mantenía la cara en blanco con maestría.
Plan 2: La pluma encantada de Snape.
Esa misma tarde, Harry y Ron fueron a la oficina de Snape, donde escondieron una pluma especial que habían conseguido en la tienda de bromas de los gemelos Weasley. Esta pluma, cada vez que alguien la usaba, hacía que el usuario dijera en voz alta lo que realmente pensaba. Ron no paraba de reír imaginando las cosas que Snape podría revelar involuntariamente.
Horas después, Snape estaba corrigiendo los ensayos de sus estudiantes, y cada vez que intentaba escribir un comentario, la pluma hacía que dijera cosas como:
—Este es el peor ensayo que he visto en años... ¿por qué tengo que soportar esto?
Snape, confundido y molesto, terminó tirando la pluma a la basura, lo que provocó que Harry y Ron tuvieran que morderse los labios para no estallar en carcajadas.
Plan 3: El hechizo del cabello
Hermione tuvo una idea final: con un sencillo hechizo de coloración temporal, podrían cambiar el color del cabello de Snape sin que él se diera cuenta hasta más tarde. Justo antes de la cena, lograron lanzar el hechizo, y al entrar en el Gran Comedor, Snape apareció con el cabello rojo resplandeciente, digno de los colores un Gryffindor, y humillante para un orgulloso Slytherin.
La profesora McGonagall y los estudiantes lo miraban sin decir nada, aunque muchos apenas lograban contener la risa. Snape, sin darse cuenta de su aspecto, levantó una ceja y fulminó con la mirada a quienes se atrevieran a murmurar algo.
Fue al ver su reflejo en una de las ventanas que Snape se dio cuenta. Con una expresión de incredulidad y enfado, salió del comedor en un susurro de furia que retumbó en el silencio.
Al final del día, Harry, Ron y Hermione estaban agotados de tanta risa contenida y se prometieron ser más cuidadosos en sus travesuras futuras. Sabían que Snape no olvidaría esa serie de bromas tan fácilmente, y que quizás el próximo día de clases sería… complicado. Pero, por esa vez, el Día de los Inocentes en Hogwarts había sido inolvidable.
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Dia de los inocentes
HumorHarry, Ron y hermione estaban en el gran comedor, de repente una gran idea se les vino ala mente para molestar Asu profesor de pociones.