Dimash, un asesino serial, implacable, ha estado acechando por las calles durante años, dejando un rastro de muerte y terror. Su próxima víctima, una chica con una vida común, que desde el primer instante que la vio, capturo su atención por completo.
Lila, una mujer joven, llena de vida y sueños, trabaja en una tranquila biblioteca de la ciudad, donde pasan las horas entre líneas y párrafos de cada uno de los libros que se encuentran ahí, lleva una vida tranquila, salía de su departamento hacia el trabajo y viceversa, sus días de descanso la pasaba en una cafetería cercana a su departamento, siempre pedía una bebida diferente hasta que probo cada bebida y postre del menú, de vez en cuando se reunía con amigos o conocidos, pero llevaba una vida rica en soledad, y era muy feliz, una buena chica, con una buena relación con sus padre, de buenos valores, pero de una personalidad fuerte, misteriosa, valiente.
Una tarde tibia, de fin de semana, saliendo del trabajo, con sabor a descanso, por esta vez, Lila, hace un desvió hacia una tienda de conveniencia, y compra un par de productos para tener una noche relajada en casa y disfrutar de su noche de fin de semana, hace sus compras y sale de la tienda, su departamento queda un poco cercas, pero decide tomar un ataja, ya lo había tomado en ocasiones atrás, pero esta vez, al llegar al callejón, ve que no está iluminado como en las otras ocasiones, la luna estaba llena, y solo alumbraba pequeños rincones de ese oscuro pasillo, duda un momento en si pasar por ahí o no, pero se hace la valiente y entra en el callejón, gran error.
Avanza a paso veloz, pero un estruendo la detiene, pero solo es el susto, ya que era un gatito que se espantó al pasar Lila por ahí a gran velocidad, esta se agarra el pecho y da un gran suspiro, vuelve su mirada al frente y ve que al final del pasillo esta la figura de lo que parece ser un hombre de gran estatura, de cuerpo delgado pero ejercitado, no puede distinguir nada, ya que está demasiado oscuro, y la luz de la luna no penetra del todo, solo esa silueta que la mira al final, en eso detrás de ella paso una patrulla con las luces de las sirenas encendidas, haciéndole mirar detrás de ella, cuando regresó la mirada, ese hombre ya no estaba, se sintió un poco incomoda y temerosa, pero ya iba casi a la mitad del pasillo, así que se armó de valor, agarrando de la bolsa de sus compras una botella de vidrio, que agarraría como instrumento de defensa, de un salto sale del callejón, pero ya no estaba ese misterioso hombre, se sintió aliviada, respiro y aflojo su cuerpo, estirando su cabeza y cuello hacia atrás, no demoro más y siguió su camino hacia su departamento, subió hasta el cuarto piso por la escalera, ya que quería hacer un poco de ejercicio, llego a su puerta, busco las llaves dentro de su bolsa, las agarra pero cuando las saca de la bolsa, caen al piso, se agacha por ellas doblando sus rodillas, y al mismo tiempo que sus manos tocan las llaves, otra mano toca la suya para ayudarle a levantar las llaves, de un momento rápido, Lila observa que es una mano varonil, de dedos largos, finos y delicados, de piel blanca, toma las llaves y levanta la vista, y se encuentra con un muchacho joven, de cabello negro, rasgos finos y ojos cautivadores tan oscuros como el fondo del océano, él sonríe en lo que le dice "Cuidado", ella solo lo mira y de manera seria le dice que gracias, los dos se levantan al mismo tiempo, él le dice "Con permiso, hasta luego", ella solo le dice "Hasta luego" y ve como se marcha con las manos metidas en su chamarra, lo ve hasta que se pierde en la esquina del pasillo, fue bastante extraño ya que jamás lo había visto en el edificio, no le tomo importancia y exclamo "Tal vez se acaba de mudar", metió la llave a la cerradura, giro a la derecha y abrió la puerta, entro, cerró la puerta y la aseguro, aventó sus botines de tacón, se dirigió a la cocina y en la barra que usa como comedor, dejo la bolsa de sus compras y saco todo, una botella de vino rosa y un cheese cake de frutos rojos para acompañar, se cambió de ropa, se desmaquillo, se puso una mascarilla y puso una película de terror para verla mientras devoraba su deliciosa recompensa por una larga semana de trabajo.
La película ha terminado, la botella está vacía y es hora de dormir, va hacia su habitación, mira por la ventana y mira a un hombre que la está mirando desde abajo, se asusta y cierra la cortina, se vuelve a asomar, pero ya no hay nadie, no se quiere sugestionar y piensa que puede ser por su cansancio y por la película que miro, se mete a la cama, se acomoda y se dispone a dormir.
De entre sueños, ella se despierta por un fuerte olor a perfume, se le hace extraño, abre los ojos y a los pies de la cama en la esquina de la habitación hay una silla, y en ella, está alguien sentado, no logra ver su cara, una penumbra le impide ver a detalle, quiere levantarse, pero no puede, su cuerpo no responde del todo, el sujeto no dice nada, pero se inclina y con una luz tenue ilumina su cara, en eso Lila abre sus ojos y dice "Tú".Epilogo:
Es una tarde tibia con rayos de sol naranjas que tocan los corazones de los transeúntes, son las 7:30 y los últimos besos de sol tocan el ambiente, para darle paso a una hermosa noche de luna llena.
Ahí está ella, tan resplandeciente como siempre, con su cabello largo y con rizos obscuros, con esa piel morena clara y esos hermosos ojos verdes como el mismo jade, es fin de semana y sé que llegara por su premio a la tienda de conveniencia, llevara el mismo vino rosa y su postre favorito; cheese cake de frutos rojos, entro a la tienda segundos después que ella, la observo a una distancia razonable, agarro lo que sea y lo pago, salgo antes que ella del establecimiento, me adelanto pasando rápidamente por el callejón que usa como atajo y que le he quitado la luz, la interceptare una vez venga por el pasillo.
Aprovecho que un gato asustadizo ha distraído a Lila, me pongo enfrente y ella me ve, se queda paralizada, pero de pronto pasa una patrulla: "Mierda, la policía", aprovecho que Lila volteo la mirada, para escapar por el momento y salir de la mirada de ella.
La he seguido hasta su departamento, he usado el elevador, la miro por una esquina, empiezo a caminar hacia ella, pero se le han caído las llaves, mi ágil mente ve la oportunidad para tener un acercamiento seguro hacia ella, así que rápido trato de tomar las llaves por ella en señal de cortesía, al fin puede ser su hermoso rostro a pocos centímetros del mío, respirar ese perfume amandarinado (con notas de mandarina) que siempre lleva, y sentir su cálida piel, todo pasa en segundos, me levanto al mismo tiempo que ella y me despido de ella con un hasta luego, porque sé que nos volveremos a ver muy pronto.
Unas horas más tarde, abro la puerta con copias de las llaves que logre sacar de la cerradura, sin hacer algún ruido, observo su departamento, veo la botella vacía y un pequeñito plato donde estaba el postre (sonríe), en un perchero se encuentra una mascada, la tomo, la llevo hacia mi cara y comienzo a dar respiros profundos, reteniendo el aire, la dejo en su lugar, y voy directo a la habitación de Lila, me siento en una silla que queda justo a los pies de la cama, la observo dormir, y veo como se despierta y trata de verme, yo se lo facilito y me inclino hacia enfrente, mirándola y soltando una sonrisa, ella no puede moverse, ya que he suministrado una pequeña dosis de sedante en su postre antes de que o comprara, lo único que escucho es la palabra "tú", débil y ahogada en un pesado sueño.Continuara…
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Mandarinas a la media noche
Fanfictionuna historia más de nuestro cantante favorito, en esta ocasión en una aventura más oscura de lo usual, entraremos en la mente de un asesino serial, que nos deparará, quién será su próxima víctima. No camines sola por las calles en la noche. Todo lo...