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El aire esta frío, casi amanece,camino deprisa mientras un grito rompe el silencio del solitario callejón 19 replicando mi nombre.

- Sebastián!

No volteo, camino cada vez mas rápido, giro en la esquina de la calle domingo santa María a toda velocidad, me escabullo entre la gente que espera el auto bus en el paradero, me subo velozmente, sin pagar y el conductor se queda regañandome, camino deprisa hasta llegar al fondo, miro por encima de mi hombro para verificar que no me siguen, nadie me parece particularmente sospechoso y a la vez todos lo parecen, estoy aturdido, el bus emprende la marcha, sólo avanzo un par de cuadras y bajo con el corazon en la mano,camino unas dos calles hasta una plazoleta cercana, cuando levanto la vista veo la banca escogida,es de madera y esta deteriorada casi por completo, frente a mi dos escolares, es lunes y son 9 menos 15, seguramente hicieron la cimarra para besarse y charlar, parecen drogados, solo ríen y ríen, froto mis ojos con fuerza, respiro profundo para regular mis latidos.

Me siento cansado y hoy después de tantos meses por fin todo acabo.

Busco cerillos para pender un cigarrillo, no están en mis bolsillos, tampoco en mi maletín, creo haberlos olvidado cuando le prendía fuego a la

casa de ese maldito cretino de William, que más da creo que el tabaco va a terminar por matarme...