6 ~ Adaptación

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Imagínense pasar de 1949 a 2024, fue aterrador, al despertar en “mi cuarto” y al abrir los ojos, era tan…  ¿Cómo escribirlo...? Impactante ver ese reloj con números precisos, eran las 6:04 am. No entendía nada.

Todo lo había dejado atrás, Harry, Deyna, Héctor, no aguante y se me empezaron a salir las lágrimas, mamá me escucho y entro a mi habitación, ¿mamá? Tenía una mamá… La abrazé y ella se extrañó.

“Hijo, ¿Qué tienes hoy? Te notas… Sentimental…”. “No es nada, mamá”. Le contesté llorando. Tenía que arreglarme para ir a la secundaria.

Por fuera, reconocía todo como si siempre hubiese estado ahí, pero por dentro no identificaba absolutamente nada.

Mi mamá me hizo el desayuno y salí al colegio, las calles, la gente, todo era raro, Dios mío. Y usaban esos “celulares”.

Entre al colegio y me sorprendía la cantidad de estudiantes de ahí, no había visto nada así desde… El orfanato.

“Hey bro, ven acá te sabes tú parte, ¿seguro?”. “¿Qué, ¿quién me habla?”.

“Es Héctor, ¿Qué tienes? Andas perdido jaja”. ¿Héctor? ¿Héctor? Pero sí… Ah ya entiendo, por un momento pensé que eras el auténtico, es su contraparte en esta era… Se supone, espero.

“Ya entramos ven”, me recordó. Entre al salón y todos me quedaron viendo extraño, actuaba de otra manera…

Me senté por atrás en la derecha, junto a Héctor, y dos chicas más. Una de cabello marrón y otra de cabello…







Espera, esa era Deyna, cuando volteó la cara, era la misma, ¡Era ella! No… Cálmate… Ya se supone que sé quién es ahora, no me reconocerá desde antes.

La puerta se abrió y entró el profesor, comenzó a llamar grupo por grupo para que comenzaran con las exposiciones de ese día… Yo, no me acordaba de nada.

“Hey, ya vamos a pasar bro, ¿Bro? Ya vamos a pasar, escucha”. Me repetía Héctor, yo estaba perdido, pero accedí a pasar.

Exponiendo… No se me entendía nada, hablaba estupideces puras. Héctor me quedaba mirando de decepción, escuché entre sus dientes que decía… “¿Que le está pasando? Qué vergüenza”.

Deyna me quedaba viendo con una cara como de rareza. Es verdad, no dije nada, el profesor me dijo que me sentará y pasara otros grupos que después iba a hablar conmigo seriamente.

Me senté atrás en posición de llorar, ¿qué? Yo no soy así, que me pasa, tenía algo que no cuadraba. Este no soy yo, prefiero mi otra versión…

A los 5 minutos, escucho la silla moverse y alguien se sentaba, era Deyna, a decirme algo…

“Oye, estás diferente hoy, ¿tienes algo?”, Me dijo consolándome. “No, no es nada, tuve un mal día nada más…”. “Mira, te iba preguntar… si me quieres acompañar… A la fiesta de promoción mañana…” Me preguntaba ella.

“… Sí… Voy a revisar si puedo estar libre y voy”. Le respondí, “Ok” me dijo y se fue rápido a su asiento. Estaba más rara que de costumbre, no la culpo, yo estaba peor, ni recordaba que había promoción y que yo me iba a graduar.

Entramos a deporte tiempo después, estos eran mis compañeros más relevantes: Michael, Paul, Nathan, Bobby, Stefany, Deyna y Héctor.

“Bro, ¿Que te dijo Deyna? Estabas medio sonrojado, ¿ah?”. “¿Qué sonrojado?, le hablé normal… Me invitó a esa fiesta de mañana” Le respondí, “Uf, esa misma es, atrápala, llévala a una de los pasillos y aprovecha el momento, si es de lengua mejor”. Me decía vacilándome, yo me quede pensando eso…

Al fondo, vi una persona, que se me hizo conocida… ¿¡Es Harry!? ¿¡Qué!? Corrí y fui a abrazarlo de inmediato, Héctor se me quedó viendo raro y me dijo: “¿Acaso eres gay bro? ¿Por qué fuiste a abrazar al profesor de deporte?”. Me dijo Héctor de lejos, tiene razón me veía extraño…

Él no era Harry, pero dentro de mí lo reconocía de mucho tiempo. Nos puso a jugar un partido de fútbol sala de entrenamiento. Delantero, yo y Héctor, abajo Paul y Nathan, y porteando Bobby. Nos conectamos bien.

Todos me quedaban viendo… Jugaba diez veces mejor que otros días, al rato comencé a romper el arco marcando 6 goles en 5 minutos, como siempre… Deyna me veía desde la grada.

“Hey, juegas mejor que antes, ¿cómo le haces tú?” Me dijo Paul, “Este es el verdadero yo, le respondí”. Terminamos y sonó el timbre.

Salí del colegio inspirado y decepcionado al mismo tiempo. De lejos escuché la voz de alguien… Era Deyna, me llamó y me dijo: “Hey, mira, te voy a escribir, en un rato, ¿ok?”. “Ok, voy a estar atento, cuídate… Un momento, ¿te vas a ir sola a esta hora?”. “Si, siempre lo hago, sé que es peligroso, pero no tengo de otra”. Me respondió, “Te acompaño, vamos”. Le dije.

En el camino hablamos de mucho, de cómo era yo antes y como soy ahora, pero no le toque el tema de mi yo del pasado, porque sonaría como loco, llegue a su casa, y la deje en su puerta, bueno… Tenía que pasar… La besé, al final.

Se sintió bastante bien ese momento, entre confusión y felicidad. Regresé a casa, sano y salvo, gracias a Dios.

Abrazé a mamá, y me cambié para bañarme, y ella no me contestaba.

Mientras me bañaba, ella no me contestaba.

Vistiéndome para ir a dormir y ella no me contestaba.

A punto de cerrar los ojos y ella no me contestaba.

Algo sin duda pasaba, hasta que… Mamá entró a mi habitación en plena madrugada, 2:14 am. Y me dijo algo que no se me iba a olvidar.

angel márquez © 2024

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