Discutir no era algo recurrente, el dialogo siempre esta presente ante cada situación, cada inconveniente, cada inquietud. Pero aun así existen cosas que nunca salen a la luz, cosas que al revelarse no son muy bien recibidas y que acaban en un desastre, justo como ella que tras quedar callada por cierta incomodidad generada debido a la presencia de otras chicas pegadas al chico que ella consideraba el único dentro de su dulce corazón la llevo a soltar el trapo sucio luego de semanas o incluso meses absteniéndose. Obviamente el resultado no fue el mejor, saliendo muchas mas cosas guardadas dentro de su ser por parte de los dos, quizás la peor pelea que hayan tenido desde que son pareja.
Llevaban mas de una semana sin saber nada del otro, simplemente dejaron que el tiempo haga lo suyo y que de alguna manera las cosas se apacigüen dándose un pequeño tiempo aunque cabía la posibilidad de que todo terminase empeorando. Mensajes de "buenos días" dejados en visto, llamadas sin contestar, "ya comiste?" de un lado sin respuesta del otro, que estaba pasando en realidad?
Alejandra se encuentra tras la puerta de un departamento, había recurrido a buscarlo tras una conversación con los amigos del mismo quienes estaban mas preocupados debido a la "desaparición" repentina tras su reciente pelea. Creyendo que era a ella quien iba a escuchar o incluso recibir decidió acceder a las insistencias de los otros lo que la lleva a estar parada justo dónde esta ahora, tras varios golpes a la puerta y gritar su nombre no recibe respuesta alguna pero al buscar en el bolsillo de su abrigo de cuero retira una llave, una copia de la llave del departamento dada por Matteo meses atrás. Un chirrido retumba en aquel espacio mientras se abre paso chocando en la entrada con algunas latas, se veía el descuido del lugar de alguien quien era bastante detallista con la limpieza, el olor a humo en el lugar era evidente y tras dar un vistazo de reconocimiento logra ver un cenicero lleno en la cocina, junto a las ventanas u cortinas cerradas mantuvieron ese sofocante ambiente en la vivienda. Para su sorpresa no había ningún solo rastro de cualquier bebida que contenga alcohol lo cual se convertía en una preocupación mayor si se daba el caso de haber recurrido a otras cosas para inhibirse, aun así no veía ninguna evidencia a su alcance que confirme esa teoría.
No estaba segura de si se encontraba en casa, cuanto tiempo lleva fuera o si había sucedido algo peor, todas esas ideas inundan su mente hasta que son disipadas al ver a un conejo blanco con manchas negras moverse a lo largo del pasillo.
-Por lo menos Igor esta bien...-
Piensa mientras se agacha a acariciarlo y mientras lo hace logra ver que esta bien alimentado, eso significa que si esta en el departamento o por lo menos estuvo, soltando así un suspiro al tener una preocupación menos en la mente mientras se empieza a generar otra puesto que a pesar de ver a su mascota bien alimentada no había ninguna señal de haberse cocinado en los últimos días, habían pocas envolturas de comida a domicilio. Continua caminando por el corto pasillo hasta quedar frente a dos puertas, la del baño y la de su cuarto, la puerta del baño estaba abierta con el suelo mojando dando una señal de que evidentemente tras la puerta de su habitación se encontraba el en quien sabe que estado. Voltea lentamente mientras sujeta la perilla, mil cosas pasan por su mente, desde el día que lo conoció supo que era un niño de buen corazón atrapado en el cuerpo de un joven con conflictos internos y que a pesar de todo eso estuvo para ella cuando mas lo necesitaba, dejo de lado sus luchas por ella y Alejandra sabiendo esto se arma de valor para abrir la puerta.
Al entrar esta todo totalmente a oscuras, al intentar abrirse paso pisa varios montículos de ropa, botellas e incluso alcanza a escuchar el crujir de algunas cosas. Paso tras paso su corazón se acelera, no alcanzaba a escuchar si alguien respiraba allí adentro por culpa de la lluvia golpeando la ventana constantemente acompañada por el viento moviendo el cristal desde el exterior. Con la tenue iluminación que ingresa en el cuarto alcanza a ver a alguien tirado en el colchón el el suelo, envuelto con las sabanas hasta los hombros, su chaqueta acaba en el suelo y sus botas tiradas a un lado del colchón mientras ella ingresa lentamente a la cama y tras acomodarse tras el pone una mano en su espalda lo cual provoca un suspiro proveniente del chico.
-Creí que ya no querías verme-
Su voz ronca se escucha a un volumen bajo pero lo suficiente para comprenderse, esas palabras reflejan que aquello que ella dijo llevo resonando en su mente todo este tiempo. Toda esta ausencia es un claro ejemplo de que puede llegar a ser un poco extremista y tomándose muy en serio las palabras de Alejandra aquella vez y aun peor con lo vulnerable que llega a ser en ocasiones.
-A veces digo cosas que realmente no siento...-
Claramente no era su culpa, la culpa es de ambos pero aun así todo esto le pesaba en lo mas profundo de su ser. Sus manos se envuelven alrededor de la cintura de su gran amor, percatándose de lo delgado que estaba en aquel momento, la frente de Alejandra se poso en la nuca de su contrario mientras procuraba mantenerse firme y no quebrarse en el momento
-Entonces que sientes?-
La mano de Matteo se posa sobre la de Alejandra y al contrario de retirarla o algún otro movimiento hostil este empieza a acariciarla con su pulgar esperando una respuesta
-Arrepentimiento, se que debo confiar mas en ti... te amo lo suficiente para creer hasta la mas obvias de tus mentiras-
-Soy yo el que te debe una disculpa- responde al momento -No puedo ser un idiota la mayor parte del tiempo y pretender que no te afecta, lo siento de verdad... Ale-
Las sabanas se mueven y ahora están frente a frente, mientras el chico del cabello rizado sostiene el rostro de su amada, el calor de su aliento choca con el de ella mientras sus narices se rozan levemente. A pesar de todo son una pieza fundamental en la vida del otro, aquella conexión era mucho mas fuerte como para romperse con una disputa.
-Solo quiero que recuerdes lo mucho que me importas y a pesar de que huyas de mi... te seguiré amando como desde el primer día-
La sinceridad en las palabras de Alejandra era evidente, sus latidos sincronizados se aceleran tras el pequeño roce en sus labios que acaban en un profundo beso acompañado del estruendo de la tormenta del otro lado de la ventana. Entre caricias se van volviendo uno solo bajo las suaves sabanas, reforzando el amor que alguna vez se prometieron mucho tiempo atrás.
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𝒞𝒾𝑔𝒶𝓇𝑒𝓉𝓉𝑒𝓈 𝒜𝒻𝓉𝑒𝓇 𝒮𝑒𝓍
RomanceCada persona posee una curita a su corazón, una persona especial y en muchos casos ese valor es mutuo. Se conocieron sobre el escenario, arrastrados por la misma ola hasta encontrarse y desde ese momento se dieron cuenta de que la persona que llevab...