único

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Espero les guste
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Comenzamos

Era una noche vibrante en la ciudad, las luces de neón parpadeaban en el departamento de Max, un alfa dominante con un aura magnética, se acomodaba en el sofá de su sala, disfrutando de un trago de  "macallan whisky".

A su lado, Checo, un omega dominante con una sonrisa traviesa, se movía al ritmo de la música que llenaba el aire. La combinación de sus energías era electrizante.

—¿Sabes qué? —dijo Max, observando a Checo intensamente —. Creo que es hora de hacer que esta noche sea inolvidable.

Checo se mordió el labio, sintiendo la tensión en el ambiente. —¿Inolvidable? ¿Tienes algo en mente?

—Por supuesto —respondió Max, levantándose y acercándose más—. Vamos a hacer que llueva… y no me refiero a la lluvia normal.

Checo soltó una risa juguetona. —¿Te refieres a hacer que mi trasero aplauda?

Max asintió esbozando una pequeña sonrisa. —Exactamente. Pero primero, quiero que te relajes y disfrutes de esto que la noche será muy larga al igual que mi verga -dijo esbozando una pequeña sonrisa-

Mientras el güero preparaba una "margarita" para su pareja, Checo comenzó a moverse sensualmente al ritmo de la música, haciendo que su trasero se moviera con gracia.

—Mira cómo lo hago —dijo desafiando a Max con su mirada—. ¿Puedes seguirme el ritmo?

no pudo evitar sonreír mientras observaba a su Omega moverse. La confianza del más bajo lo atraía más. —Oh, creo que puedo hacer mucho más que eso.

De repente, tomó la mano de Checo, guiándolo hacia el dormitorio y llevandolo al baño. Las burbujas brillaban en el cristal, mientras ellos dos se dejaban llevar por la química despojándose de la ropa la cual estorbaba.

—Quiero que sientas cada momento y gimas mi nombre una y otra vez para que no se te olvide a quien le perteneces—susurró al oído de su Omega mientras lo empujaba suavemente contra la pared del baño—. Dime lo que deseas y lo cumpliré.

Checo sintió una oleada de excitación recorrer su cuerpo. —Quiero que me toques… que me hagas sentir todo lo que puedes darme hasta que llore y pida que pares.

Max sonrió traviesamente, lo tomó de los muslos haciendo que el Omega enrolle las piernas en su cintura —tus deseos son órdenes Mijn liefje

—Amo cuando me dices así, güero— dijo repartiendo varios besos en el cuello del Alfa hasta llegar a su boca —Vamos leoncito enséñame lo que puedes hacer, quiero que me hagas gritar hasta quedar sin voz— susurró suave en el oído de su león.

El alfa sin pensarlo dos veces beso apasionadamente a su Omega —quieres que te haga el amor aqui o lo prefieres en la recámara—

—Me gusta mucho acá, pero lo prefiero allá no quiero que se nos apague el fuego por un accidente—comento mientras sonreía en medio del beso 

Max sin bajarlo salió del baño y lo depósito suavemente y con mucha delicadeza en la cama— ¿Como quieres que te lo haga Mijn liefje?—

comenzó a explorar el cuerpo de Checo con sus manos firmes, cada toque era como un rayo eléctrico. —Así me gusta… entregado y listo para jugar.— dijo amasando los pectorales de su pecoso

Las risas y jadeos llenaban el aire mientras los dos se dejaban llevar por la pasión. La noche prometía ser larga y llena de descubrimientos mutuos.

—¡Hazlo llover! —gritó Checo entre risas mientras Max le daba un suave golpe en el trasero.

—Eso haré —respondió Max con una sonrisa pícara—. Prepárate para una noche que no olvidarás.

Y así, entre risas desenfrenadas, Alfa y Omega se sumergieron en un mundo donde solo existían ellos dos, explorando cada rincón de su deseo y disfrutando del momento sin reservas.
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Fin

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