Un encuentro inesperado

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Capítulo 1: Un encuentro inesperado

La noche era calurosa en Río de Janeiro, y el estadio estaba lleno de fans emocionados esperando la presentación de Tokio Hotel. Tom Kaulitz, el guitarrista de la banda, estaba afinando su guitarra en el backstage cuando su hermano menor, Bill, entró corriendo.

-¡Tom! ¡Llegó! -dijo Bill, sonriendo.

Tom se levantó y siguió a Bill hacia el área de recepción. Allí, vio a una chica hermosa con el cabello oscuro y ojos azules brillantes. Era Samantha Gastelum, una modelo brasileña famosa.

-Tom, esta es Samantha -dijo Bill-. Es amiga mía.

Samantha sonrió y extendió la mano.

-Encantada, Tom. Me encanta tu música.

Tom se sintió nervioso, pero se recuperó rápidamente.

-Gracias, Samantha. Es un placer conocerte.

Mientras hablaban, Tom se dio cuenta de que Samantha era más que una cara bonita. Era inteligente, divertida y apasionada.

-¿Quieres unirte a nosotros en el concierto? -preguntó Tom.

Samantha asintió con la cabeza.

-Me encantaría.

La noche continuó con Tokio Hotel tocando sus mejores canciones. Samantha se sintió hipnotizada por la energía de Tom en el escenario. Después del concierto, Tom y Samantha se reunieron en el backstage para hablar.

-Eres increíble en el escenario -dijo Samantha.

Tom sonrió.

-Gracias. Me encanta lo que hago.

Mientras hablaban, Tom se dio cuenta de que estaba conectando con Samantha de una manera que nunca había conectado con nadie antes.

-¿Quieres salir conmigo mañana? -preguntó Tom de repente.

Samantha se sorprendió, pero sonrió.

-Me encantaría.

Y así, con un concierto emocionante y una conexión inesperada, Tom y Samantha comenzaron una aventura que cambiaría sus vidas para siempre.


La noche siguiente, Tom y Samantha se reunieron en un restaurante de Río de Janeiro con vista al mar. La luna estaba llena y el clima era perfecto para una cita romántica.

-Me encanta este lugar -dijo Samantha, mientras se sentaban en la mesa.

Tom sonrió.

-Es uno de mis favoritos. La vista es increíble.

Mientras comían, Tom y Samantha hablaron sobre todo, desde la música hasta la moda y la vida en general. Tom se sintió cómodo con Samantha de una manera que nunca había sentido con nadie antes.

Después de la cena, Tom sugirió un paseo por la playa. Samantha aceptó y se quitó los zapatos para caminar por la arena.

-Me encanta el sonido del mar -dijo Samantha, cerrando los ojos.

Tom se sentó junto a ella y miró hacia el horizonte.

-Es como si el mundo se detuviera en este momento -dijo.

Samantha abrió los ojos y lo miró.

-Sí, es como si nada más importara.

Tom se sintió atraído hacia ella y la tomó de la mano.

-Me gusta estar contigo, Samantha -dijo.

Samantha sonrió.

-A mí también me gusta estar contigo, Tom.

La noche continuó con un beso suave bajo las estrellas. Tom se sintió como si hubiera encontrado a alguien especial.

-¿Quieres venir conmigo a Berlín? -preguntó Tom de repente.

Samantha se sorprendió.

-¿Berlín? ¿Por qué?

Tom sonrió.

-Quiero mostrarte mi ciudad, mi música y mi vida.

Samantha pensó por un momento y luego sonrió.

-Me encantaría.

Y así, con un beso y una promesa, Tom y Samantha comenzaron una aventura que los llevaría a través de Europa y cambiaría sus vidas para siempre.

Después de una semana, aproximadamente Samantha llegó a Berlín con Tom, emocionada por explorar la ciudad que había escuchado tanto sobre ella. Tom la llevó a su departamento en el barrio de Kreuzberg, donde la vista del río Spree era impresionante.

-Me encanta -dijo Samantha, mientras miraba por la ventana.

Tom sonrió.

-Es mi lugar favorito en la ciudad.

Después de descansar un rato, Tom llevó a Samantha a recorrer la ciudad. Visitaron el Muro de Berlín, el Checkpoint Charlie y la Puerta de Brandenburgo. Samantha se sintió fascinada por la historia y la cultura de la ciudad.

Por la noche, Tom la llevó a un concierto de música en vivo en un club underground. La música era intensa y emocionante, y Samantha se sintió hipnotizada por la energía del lugar.

-Me encanta esta música -dijo Samantha, mientras bailaba con Tom.

Tom sonrió.

-Es mi tipo de música favorita.

Después del concierto, Tom y Samantha se sentaron en un café para hablar.

-Me gusta mucho esta ciudad -dijo Samantha.

Tom sonrió.

-Es mi hogar. Me alegra que te guste.

Samantha miró a Tom con ojos brillantes.

-Me gusta mucho más que la ciudad -dijo.

Tom se sintió emocionado y la tomó de la mano.

-Samantha, creo que empiezas a gustarme -dijo.

Samantha sonrió.

-Creo que tú también empiezas a gustarme, Tom.

Y así, en medio de la noche berlinesa, Tom y Samantha se besaron bajo las luces de la ciudad.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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