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Nunca se consigue saber la verdadera razón por la cual alguien se aferra a otro 'alguien' hasta que al fin el otro responda de la misma forma. Y cualquier persona, por mucho que lo niegue, va a tener una persona con la que se comporte así. Y porque como una persona una vez dijo; todos necesitamos un segundo para compartir experiencias de todo tipo.

En el caso de unos puede ser por el enamoramiento. En otras posibilidades a sus familiares que tanto quiere. Otros incluso porque puede ser el reflejo de un pensamiento sobre sí mismo en mejor versión. Y un caso en especial, que sería del que hablaremos, sobre su increíble obsesión por un enemigo.

"Los que se pelean se desean" decían. Y puede que sea real, al fin y al cabo, seguramente la razón de una discusión es saber que al día siguiente estaréis bien con otro arrebato, o una pelea sin llegar nunca a hacer daño de verdad. Suposiciones que todas afirma esta personita obsesionada con alguien que nunca en su vida lo ha respetado ni como enemigo, ni como amigo.

Y eso es como una traición, o al menos eso siente él cada vez que lucha contra su contrario dejándolo callado sin poder ni siquiera decir 'te odio' y que este le responda con otro 'te odio'. Porque aunque lo pudiera decir, querría oírlo primero por él. Querría que fuera valiente a decirle aquellas dos palabras que aunque sea el opuesto al 'te amo', es lo mismo, solo... que a la manera de ambos, sin hacerlo obvio para los demás espectadores.

Y puesto que Batman ha intentado veces decirlo pero su orgullo se lo impide, el Joker no puede dejar de pensar sobre si realmente lo respeta como para tratarlo como real enemigo.

Ahora, en esta misma situación de un caos que ha generado él mismo, se cuestiona si realmente lo que ha hecho servirá para seguir peleando contra el murciélago por toda la eternidad, o sólo conseguirá que ya no haya Gotham para poder hacerlo.

¿Por qué ha pensado que destruir la cuidad en la que años y años ha intentado derrotar a este, lograría que pudiera respetarlo, odiarlo, y que siguieran como siempre?

—¡Lo siento!

—¡Ahora no lo sientas, ayúdame, hay que juntar la cuidad entre todos con nuestras cabezas! —el joker aún arrepentido, accede. Mientras en la mitad que está el peli verde se va separando de donde está Batman, comienzan a formarse y que así al juntar sus manos, puedan atraer las partes de la cuidad. Un simple gesto solo para ayudar a que el corte de Gotham vuelva a juntarse, conmueve al Joker.

Después de mucha fuerza de todos los ciudadanos haciendo el mismo movimiento, consiguen juntar las mitades.

Mientras se bajan de esa escalera humana, el pelinegro, a penas llegándose a notar, a penas dándose cuenta que alguien más allá de su figura paterna / sirviente lo ha visto, sonríe, viendo la fina curva en sus labios de su enemigo.

Celebran. A su alrededor celebran hasta tal punto de que el superhéroe se dé cuenta.

—Batman. Lo siento. Solo quería que me respetaras. Todos estos años, siempre me has derrotado y te has ido como si nada, sin decirme nada. Y sé que suena absurdo. Pero los villanos, a pesar de serlo, tenemos el mismo derecho a, como mínimo, ser respetados como enemigos y tratarnos como tal, no como basura —su sonrisa se va. Y su grupo atrás suyo se preocupa por él. Harley pone su mano sobre su hombro, su amigo no está bien.

Sus ojos se vuelven cristalinos, y sus dientes puntiagudos se esconden tras de su boca triste. Demostrando que...

—Joker. Claro que te respeto. Tu eres la razón por la cual me levanto a las tres de la mañana, por la cual tengo que ir corriendo a prepararme y salir, la razón por la que entreno casi más que vivo, la razón por la que no estoy aburrido sin hacer nada en mi habitación mirando al techo y esperando a que hagas algún movimiento.

Automáticamente los ojos negros del Joker comienzan a coger un brillo especial y esencial para dar el toque, sus dientes se muestran de forma tierna y sus mofletes se levantan creando hoyuelos al sonreír con dulzura.

—Aw. Te odio —cerca, muy cerca viéndolo. Batman sonríe más maduro, no como un tonto enamorado. La ilusión que el cuerpecito de Joker mantiene es enrome, por fin. Es que por fin, después de haberlo intentado tantas veces, consigue su respeto, y quizás incluso más que eso.

—Yo te odio más.

—No. Yo te odio mucho más —el atardecer formándose detrás de ambos, con esos colores anaranjados, rosados, con fríos también, crea el ambiente perfecto. Y sin contexto o con contexto, cualquiera diría que esa escena, es digna de una declaración de amor, solo que sin utilizar la última palabra correctamente.

—No. Yo muchísimo más.

—¡Pues yo te am... odio hasta el infinito y más allá! —y Batman ha entendido lo que casi dice. Y sigue con una mirada madura, unos ojos sin desprecio, unas manos tocando su hombro y, ahí sí, una sonrisa de completa correspondencia.

—Sí. Tú me odias más...

 Tú me odias más

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Te odio mucho más [ Batjoker ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora