Eda y Serkan ¿Aún existe el amor?

Capítulo 3: Una charla y muchas sospechas.

Serkan entro a la casa que, si había cambiado, la sala ya no estaba llena de sofás, solo había dos anchos, una mesa para café y una alfombra. En las paredes había fotos de ella sola con su título de la universidad, de su abuela con ella, con las chicas, salvo por Ceren, de ella embarazada, con las niñas y de las pequeñas creciendo, le pareció curioso que no tuvieran fotos con su papá, pero prefirió no preguntar. En la mesa había varios álbumes de fotos y un cuadernito abierto en una pagina, a Serkan le asusto lo que leyó, "Cosas que hacer antes de morir"

- No es mío, es de ella, de Kiraz, es muy difícil permanecer entera cuando se supone que deberías tener el derecho a enojarte y decirle, deja de pensar estupideces y lucha. Pero ella no te da ese permiso, ella eligió cómo va a ser, uno se la traga –

- Es más normal de lo que crees que tome esa decisión –

- No, no puede ser que a los 18 años decida que quiere morir –

- Entiendo lo que sientes, mi hermano hizo eso cuando comenzó a ser paciente terminal, yo decido y uno tenía que poner cara de feliz cumpleaños y cuando no te veía, llorar. Mi mamá también estaba super molesta, tanto que me amenazo con mandarme al campo con mi abuela hasta que se muriese. –

- ¿Y que paso? –

- Comprendí que él moriría, y que quería atesorar cada segundo a su lado, yo sabía que él moriría, nunca hicimos la falsa esperanza de si pasa el milagro, no, el me sentó un día me dijo, la cosa es así, me voy a morir, no vas a llorar, no vas a gritar, se que no es justo, se que tienes miedo, se que me amas tanto cómo te amo y por eso quiero pasar mis últimos días sean cuantos sean, a tu lado. –

- ¿Y que paso? –

- Me enoje igual que Hayat y mi mamá me dijo eso, te vas al campo con tu abuela, tú hermano necesita que lo acompañes no que lo juzgues, está en ti y solo en ti que quieres hacer, tienes que decidir para mañana, porque tu hermano quiere enseñarte a conducir antes de que sea tarde y ya no pueda caminar, a la mañana siguiente empece a despertarme a las cinco de la mañana, quería exprimir cada segundo con él. Y exprimí seis meses como si fueran mis casi 50 años. No eres una mala mamá por querer llorar sola una noche o por no querer a Hayat aquí, ni ella por no querer estar aquí, haces lo que puedes y lo haces realmente increíble –

- Creí que ibas a decirme que era la peor mamá del mundo y que Hayat es una malcriada o que Kiraz está loca –

- No, eres una hermosa mamá y gracias al cielo no son mis hijas eh, no podría soportarlo dos veces, esta vez no dejaría que pase aun sabiendo que puede salir bien o no, pero de corazón te deseo que salga bien. –

- No puedo entender que tengas que solo aceptar su deseo de que quiere morir y la otra de no querer estar si ocurre, no las críe para rendirse, les enseñe a luchar, he pasado 18 años luchando para que sean buenas personas y correctas, no es justo que hagan esto conmigo, estoy tan ¡Molesta y decepcionada que no puedo soportarlo, no quiero esto, no es justo, no es una decisión que puedan tomar, no es su derecho! –

- Lo es y sé que te duele, pero esto es normal. De ambos lados, ambos dolores son válidos y el tuyo también. –

- No, no es cierto, esto no es justo y ellas no tienen derecho a hacer esto conmigo, no luche 18 años para que hagan lo que quieran, su vida aun me pertenece. –

- No, no te pertenece –

- ¡Lo hace, porque cuando todos decían que no era buena idea traerlas al mundo lo hice, me las quedé contra todo pronóstico, su vida aun me pertenece! No sabes lo que he luchado para que estén bien, no tienen derecho a hacer esto, no lo tienen –