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"¿A ti te gusta?" Preguntó Michael y yo lo miré.

"Sí, pero.. no sé, es mucho dinero." Murmuré.

"El dinero ya no es un problema." Aseguró.

"La chica tiene razón. ¿Estáis seguros de que queréis comprar esta casa? Es mucho dinero." Advirtió el chico de la inmobiliaria.

Michael abrió el maletín que tenía en las manos, callando la boca del chico.

Teníamos mucho dinero. Habíamos juntado todo lo del robo con más dinero que había robado él antes de ir a la cárcel.

Y todo eso junto era mucho dinero.

"Está bien, esta casa es toda vuestra." Dijo sonriendo y los dos sonreímos.

Después de pagar lo necesario y de firmar los papeles, el chico se fue y nos quedamos solos en la inmensa casa en las colinas de Los Angeles.

Yo di unos pasos hacia atrás mirando hacia todos los lados, sorprendida de lo grande que era esta casa.

"Lo hemos conseguido." Escuché la voz de Michael, haciendo que me girara para verlo.

"Sí.. Supongo que sí." Murmuré haciendo una mueca, fijándome en la sala en la que estábamos.

"Ahora hay que celebrarlo." Dijo y vi que abrió una botella de champagne.

"Michael, no sé, es tarde y creo que deberíamos irnos a dorm.."

"Venga ya, ¿te vas a negar a beber por irte a dormir a las diez de la noche?" Levantó una ceja y suspiré, cogiendo la botella de sus manos "Esa es la Stella que me gusta." Sonrió.

-o-

"¿No hemos be.. bebido demasiado?" Me trabé y empecé a reírme sin motivo, haciéndole reír a él también.

"¿Qué dices?" Rió y un ruido que salía de su boca me hizo saber que tenía hipo. Adorable.

"Aww.. Tienes hipo." Reí enternecida.

"Cállate." Murmuró fingiendo estar enfadado y volviendo a hacer ese ruido, haciéndome reír otra vez.

Agarré la botella casi vacía que estaba entre los dos y le di otro trago.

Ahora mismo los dos estábamos sentados en el sofá del salón cara a cara y yo con mis piernas estiradas a cada lado de su cuerpo mientras él las mantenía cruzadas.

"Stella." Murmuró mientras yo dejaba la botella en la mesa.

"¿Mh?" Lo miré y él me agarró de las piernas, tirando de mí y sentándome a horcajadas sobre él.

"¿Sabes cuánto tiempo llevo aguantando las ganas de besarte?" Murmuró muy cerca de mis labios.

"Michael." Suspiré con tono de queja.

Y aquí estamos otra vez, no me puedo negar a nada que Michael me proponga.

"¿Qué?" Bajó su mirada a mis labios.

Yo no pude aguantar más y lo besé.

"Vamos a estrenar la cama." Murmuró sobre mis labios y asentí con la cabeza.

don't watch that video IV // michael cliffordWhere stories live. Discover now