Gina se ajustó el vestido rojo ceñido al cuerpo, observando su reflejo en el espejo del lujoso hotel en Abu Dabi.
El final de la temporada de carreras del 2022 había llegado y como era costumbre, también la fiesta de cierre a la que ella iba desde hacía tres años.
-Que nadie me rompa las bolas porque me vuelvo -dijo mirando a su hermana.
-Que mala sos, ponele voluntad -Yazmin la miró riendo.
-Pero acá no te bancas la música y en las otras no te bancas a los pibes, no hay nada que te venga bien a vos -Zoe, una de sus primas, la miró alzando las manos.
-Son horribles las jodas que no son de Argentina, me muero del aburrimiento con esas canciones pedorras que ponen... ¿Te bailo una canción de Taylor o cómo?
Se encogió de hombros sin obtener respuesta alguna porque todas sabían que tenía razón. Ellas estaban acostumbradas a otro tipo de fiestas y no a las extranjeras que en su mayoría eran aburridas y para colmo comenzaban temprano.
Media hora después, Gina entró al lugar donde se encontraban muchísimas personas reunidas al aire libre y cerca a la playa. Encontró a su acompañante inglés quien la recibió con una sonrisa amplia y un par de copas de champán.
Con una belleza increíble y el atractivo que llevaba a flor de piel, siempre se ganaba la atención de todos y esa noche no fue la excepción. Era el centro de la vista de algunas personas aunque el inglés la tenía cerca para que el resto asuma que era de su propiedad, aunque no lo era realmente.
En medio de su ida al baño, un monegascode ojos claros se acercó a Gina tomándola por la cintura y la saludó con un beso en la comisura de los labios como solia hacerlo. Ella solo lo miró con una sonrisa mientras volvía a caminar teniendo a la par al piloto.
-¿Y tu novia?
Él, con una sonrisa y una mirada que recorría todo el cuerpo de la mujer que tenía a su lado, respondió:
-Esta noche no.
-¿Sos mi amiga que me acompañas al baño?
Ella lo miró con una risa sarcástica y él seriamente, estaba tratando de llegar a algo más con ella y Gina solo lo ignoró. ¿Por qué todas caían siempre menos ella? Prácticamente había que rogarle por atención, no se la daba a nadie y nadie le importaba.
Él regresó a su lugar mientras Gina llegó al baño debatiéndose si irse o quedarse. Odiaba esos lugares y más si no eran fiestas privadas. Era todo muy aburrido para ella y solo lo hacía para no quedar mala onda, y porque le pagaban generosamente.
Tomó su celular e ignoró varios mensajes de quienes estaban en Qatar por el mundial, solo eligió contestar uno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
