La familia real Kim reinaba en Corea del Sur, las tres princesas: Nayeon, Jihyo y Dahyun eran el orgullo de los reyes y las cuidaban más que nada.
MISAMO era la banda de alfas del momento, empezaron de abajo y ahora estaban tocando la cima planeando...
Dahyun se sentía tranquila mientras tenía a Chaeyoung a su lado pero cuando está le dijo que iría al baño, hace media hora, y no habia vuelto aún toda su paz se fue con ella.
Era obvio, estaba con sus más grandes crush delante de ella mirándola como si fuera algún díamante precioso. — ¿Quiere, su alteza? — Vió a Momo señalar la botella de vino que era del viñedo de su familia.
— Por favor, y pueden decirme solo Dahyun, no me gusta mucho que me traten de princesa o alteza.
Sana asintió. — Como usted, diga. — Sonrío, no sabía si la chica utilizaba algún tipo de inhibidor de aroma pero no podía distinguir nada viniendo de ella ¿Acaso era una beta y habían engañado al público en general? — Es una velada hermosa, sus padres parecen haber puesto mucho esfuerzo.
Sonrío, ocultando exitosamente el deje de tristeza en sus ojos, dejando de lado la copa de vino. — Si, ambos están muy emocionados.
— Sé que esto sonará raro de mi parte y que posiblemente no tenga derecho pero déjeme decirle que es aún más hermosa en persona y que las fotos que publican de usted no le hacen justicia. — Dahyun casi chilla, viendo a la alfa mirarla fijamente y como sus ojos recorrían todo su rostro. — Es bellísima.
— ¡Momo! — Sana se sorprendió por las palabras de la chica, pero no por la razón que cualquiera pensaría, sino que no podía quedarse en desventaja. — Disculpe a mi amiga, creo que es díficil concentrarse con tal obra de arte delante de nosotras. — Ella era más descarada que Momo, no le importaba mucho, por lo que sus ojos se posaron directamente en los rosados belfos de la chica. — Muy difícil. — Dijo, con voz ronca.
Se removió en su lugar, sintiendo su corazón latir con fuerza. — G-gracias...
— Su alteza ¿Desearía más vino? — El mozo la observaba con una sonrisa.
— Si, y también lo que mis acompañantes deseen.
— Entendido. Señoritas. — Giro hacia ambas alfas, quienes dejaron sus pedidos mientras Dahyun ingería aquel tinto líquido como si de eso dependiera su vida.
Necesitaba que Chaeyoung vuelva o se volvería loca con las insinuaciones de ambas alfas.
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