Entonces se despertó.
Despertó al lado de ella, de su esposa.
El suave resplandor del amanecer se colaba por la ventana. Su respiración era tranquila, pausada, y su rostro reflejaba la serenidad de los que aún duermen en paz. Bradley la observó un momento, luego, levantó lentamente, con cuidado de no despertarla.
Necesitaba ir al baño.
El sonido de sus propios pasos resonaba suavemente en el suelo de madera, y al entrar en el pequeño baño, cerró la puerta detrás de él con un suspiro.
Frente al espejo, se quedó quieto unos segundos, contemplando su reflejo.
Un hombre. Solo un hombre.
Un hombre que había formado su vida, que había alcanzado ciertos logros, y que tenía un futuro brillante por delante. Estaba a punto de convertirse en padre, lo cual lo llenaba de felicidad.
El bebé que venía en camino significaba una nueva oportunidad, una nueva etapa.
Era un futuro magnífico, tal cual como debía ser, uno que estaba dispuesto a abrazar con todas sus fuerzas.
Pero entonces, algo en su rostro lo detuvo.
Algo que no podía ignorar.
Al mirarse en el espejo, algo extraño ocurrió.
Veía a un hombre, pero a un hombre que no terminaba de reconocerse.
Sus ojos, aunque reflejaban la luz del día, parecían vacíos. Vacíos de algo que él no lograba identificar, algo que le había sido arrebatado sin previo aviso.
Y, entonces, en el brillo tenue que aún conservaban esos ojos, Bradley vió algo más.
Un reflejo de un pasado lejano, algo que no había sido borrado, algo que nunca había dejado de existir.
Vió sus ojos azules que alguna vez le brillaron de forma tan viva, tan llena de vida. Lo recordó.
Ese brillo se lo había obsequiado alguien que había cruzado su camino de una manera inesperada, pero que había dejado una huella imborrable.
Max.
Max Goof.
Max, el chico con el que compartió tanto, el chico que le mostró un mundo que nunca había imaginado.
Pero Max, ya no estaba. ¿Dónde estaba ahora? ¿Qué habría sido de él?
"¿Cuál es tu sueño, Bradley?"
Bradley cerró los ojos, dejando que la pregunta se disolviera en su mente, como si pudiera encontrar alguna respuesta en las sombras de su conciencia.
Pero no había una respuesta clara, solo una sensación, algo que lo hizo sentir vulnerable, algo que no podía explicar con palabras.
Y entonces, recordó lo que había sentido esa tarde, esa tarde que compartió con Max, cuando las cosas parecían sencillas.
"Mi sueño es volver a verte."
Esas palabras salieron de su boca sin pensarlo, como si finalmente hubiera encontrado una forma de decir lo que había guardado en su corazón durante tanto tiempo.
Era un susurro, una confesión a su propio reflejo, a su propia alma.
Bradley no se atrevió a decirlo en voz alta, no en ese momento.
No en la realidad que había construido con su esposa, con la familia que estaba por formar, en su realidad perfecta. Pero en su mente, la verdad estaba clara. Aunque el futuro se veía brillante y prometedor, una parte de él seguía atrapada en ese pasado con Max.
Un pasado que, aunque intentó dejar atrás, nunca se fue realmente.
Sintió un nudo en el pecho. Era como si al pronunciar esas palabras, todo lo que había construido a lo largo de los años se desmoronara, como si algo en él estuviera constantemente buscando algo que no podía tener.
Un sueño que no podía alcanzar, una necesidad que nunca se saciaría.
Porque, por mucho que tratara de avanzar, por mucho que intentara encajar en la vida que tenía ahora, Max seguía presente, siempre a la distancia de un pensamiento.
Bradley se quedó allí, frente al espejo, observándose, buscando respuestas en los ojos de su reflejo.
Nunca lo olvidó. Nunca se curó.
Bradley salió del baño. Volvió a la cama, donde su esposa seguía dormida, ajena a lo demás. Se acostó junto a ella, pero no pudo evitar que su mente siguiera viajando hacia Max, hacia los sueños que compartieron y que nunca llegaron a ser.
Sabía que su vida seguía adelante, que pronto tendría una hija, pero una parte de él seguía buscando algo que había perdido. Algo que nunca dejó de desear.
Libertad, y a Max.

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L I B E R T A D.
RomanceBradley era la promesa de un futuro perfecto; Max, la promesa del caos. Historia Maxley.