Capítulo Uno

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Perdido.

Estaba perdido.

Nunca más volveré a ir a alguna fiesta de Suho, por su culpa – y su estúpido casino –estaba perdido, bajo la lluvia.

Saqué el paraguas que estaba en los asientos traseros de mi auto y salí de allí. Estaba sobre la carretera de un puente donde había un lago. Recargue mis brazos sobre el barandal y un ola de nostalgia recorrió mi cuerpo, sonreí involuntariamente y observé el bello panorama bajo la lluvia.

De repente es escuchó el paso de alguien más, lo supe por el sonido que provocaban los charcos. El paso de esa era rápido... como si estuviera corriendo entonces fue cuando me giré para ver de quién se trataba.

Santa mierda...

Era... una chica, pero... estaba completamente mojada y para mi mayor sorpresa... no traía pantalones, sólo una camisa blanca de manga larga con algunos botones abrochados y calzoncillos negros, además tampoco tenía zapatos.

Echo su cuerpo contra el barandal y comenzó a llorar fuertemente. Fruncí el ceño con algo de preocupación. Golpeaba con su mano el metal y gritaba cosas inentendibles y allí fue entonces cuando quiso subir al barandal, mis ojos se abrieron completamente... di unos pasos y me quedé estático al ver lo que ella intentaba hacer... saltar...

–Mierda, mierda, mierda... –Musité rápidamente corriendo hacia ella.

No sé realmente lo que mi cuerpo hizo pero en menos de un segundo mis brazos rodearon su cintura bajándola de allí.

–¡Suéltame! ¡Suéltame! – Gritaba la chica forcejeando entre sollozos.

–¡¿Qué mierda piensas haces?! ¡Estás loca! –Grité tomándola con más fuerzas.

–Por favor... –Murmuró débilmente.

–Para nada. Quien sabe que harás en cuanto te suelte –Dije seguro –¿Dónde vives? –Pregunte acercándome a mi automóvil.

Ella lloró con más ganas, como si estuviera dolida y desgarrada, tomaba su rostro con fuerza y jalaba los cabellos mojados.

–¿E-Estás bien?¬ –Pregunté preocupado.

–Papá... Mamá... –Musito por lo bajo, entonces dejo de moverse. Por un momento me asusté ¿Y si se murió? Puse mi mano cerca de su nariz y pude sentir su respiración. Tal vez... se durmió.

Abrí la puerta de atrás y la acosté, me quité la chamarra y se la puse encima.

.

Me adentré en mi departamento con la chica medio muerta en mis brazos. Aquí venía la parte difícil... Cambiarla...

La acosté en la cama y busqué una camiseta y me acerqué a ella. Tragué saliva mientras un sonrojo aparecía en mis mejillas teniéndolas en un rosa carmín, abrí lentamente su camisa para encontrarme con...

Sus desnudos pechos...

Así es... no traía sostén...

Dios Mío, ¿por qué a mí?

Saqué completamente su camisa arrojándola al suelo y le puse la camiseta. No cambiaria sus calzoncillos, no, era demasiado para mí mente.

Le coloqué encima una colcha y yo tomé una para dormir en el sofá. Cerré la puerta y me lancé al sillón cuando mi celular vibró, vi que era un mensaje de Suho.

''¿En dónde estás?''

–En la cuidad de los problemas... –Dije para mí mismo con un brazo en mi cara.

.

Estaba preparando el desayuno cuando la puerta de la habitación se abrió dando paso a la chica extraña quién tenía las mejillas rosadas, sus ojos estaban llenos de ojeras y nariz roja.

–Buenos días –Salude.

Ella corrió hacia a mí, por un omento pensé que me golpearía y diría: ''¡Eres un pervertido! Cerdo ¿qué me hiciste? Bastardo'' Pero no fue así... me abrazó y hundió su cabeza en mi pecho comenzando de nuevo, a llorar.

Mierda... Mierda... Mierda...

Estaba paralizado. La chica estaba llorando fuertemente contra mi pecho y yo estaba parado sin hacer nada como un idiota.

–¿Qué te sucede? –Pregunté en un susurró.

Ella lloró más fuerte y gritó: –¡¿Por qué a mí?! –Y volvió a sollozar.

–Desde que te encontré no has parado de llorar, ¿qué te sucede? –La tomé bruscamente de los hombros removiéndola hacia atrás.

Ella se calmó pero daba sollozos y gimoteos.

–Vamos a sentar y me contarás todo, ¿sí? –Dije viéndola.

Me senté en el sillón esperando a que ella se sentara en una distancia aceptable pero no fue así; se acostó en mi pecho acurrucada.

–Yo... –Sollozó –Mis padres... murieron en un choque automovilístico –Lloró.

Involuntariamente pase mi mano acariciando su brazo en un gesto de apoyo.

–Mi hermano... fue asesinado por unos maliantes ya que debía mucho dinero... m-me quedé sin nadie... y-y mi pareja... me engaño... no encontré otra solución que saltar de allí –Continuó tratando de que su voz no se quebrara.

–Te debes sentir terrible... pero aquí estoy... un extraño que encontraste en la calle y te apoyará incondicionalmente... –Dije en un intento nulo de que se sintiera mejor, ella asintió levemente –¿Cuál es tu nombre? –Pregunté.

–Eunyoung, Kim Eunyoung –Contestó inocentemente.

–KyungSoo... Do KyungSoo... –Dije formalmente y ella rio levemente.

El silencio apareció en la sala pero la chica lo rompió.

–Así que... ¿Me quitaste la camiseta que tenía? –Rompió el silencio con una voz de lo más normal provocando que mi cara fuera un rojo tomate.

–Yo... no te toqué... s-si te dejaba esa camisa te enfermarías... –Traté de justificarme.

–No me tocaste... –Musitó ella aliviada.

–No lo hice –Aseguré.

–A pesar de que estaba en paños menores, camisa que dejaba ver de más, sin sostén y calzoncillos... no me tocaste –Murmuró.

Se levantó de mi pecho y me miró fijamente.

–Eres una buena persona... una muy buena persona, KyungSoo... –La sinceridad emanaba de su voz, lo supe desde el momento en el que me miró fijamente, esta chica... es única.

Entre abrí mis labios y la mire fijamente, sus ojos avellana junto a esas largas y oscuras pestañas, esa piel fina y delgada de porcelana tan blanca... su cabello tan castaño y sedoso alaciado... poco debajo de los hombros, mejillas adorables y rosadas, nariz respingada junto a esos finos pero carnosos labios rojos y un hermoso mentón.

No. En definitiva...

Jamás me había puesto a observar la belleza de esta mujer.

–Gracias por todo, KyungSoo –Agradeció la chica sacándolo de su trance.

–N-No es nada, ¿qué te parece si desayunamos? Mierda, en media hora entro al trabajo –Me levanté rápidamente mientras Eunyoung me seguía, desayunamos y yo me fui a duchar; Me puse mi traje y avisé a la chica.

–Eunyoung, por nada del mundo vayas a salir, ¿está bien? Si necesitas algo aquí te dejo mi número celular, No enciendas la estufa, no abras las ventanas, no abras a nadie que no sea yo, ¿te queda claro? Llegaré aproximadamente a las siete –Le ordené, quién sabe qué haría esta chica en la calle, sola, sin nadie. Eso me ponía los pelos de punta, ella asintió a todo lo que le dije y se fue al sofá a ver televisión.

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Primer fic.

Tenía esta idea desde hace mucho después de leer un oneshot llamado ''Escenas repetidas'' fe mi inspiración y bueno.. el lemon llega en el capítulo dos.

Ayari.

Strange ◆ Do KyungSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora