-Haerin-

17 5 0
                                    

Desde muy pequeña, haerin siempre fue muy tímida, vergonzosa y callada si ella no te tenía mucha confianza. Siempre que tenía la oportunidad evitaba ir a reuniones familiares o salidas a restaurantes con sus padres.

Y aunque ellos siempre intentaban convencerla de salir, siempre terminaban accediendo a que se quede en casa, al final de cuentas haerin era bastante autosuficiente, sabía cocinar y tenía conocimientos básicos sobre defensa personal.

Sus padres tenían trabajo que hacía que constantemente se estén mudando de ciudad en ciudad por lo que la niña no tenía muchos amigos.

Esto la ponía triste ya que siempre que conocía a alguien era la misma rutina: empezaba a hacer amigos, a sus papás le surgían nuevos trabajos en otras ciudades, cambiaba de escuela, perdia contacto con sus nuevos amigos y terminaba sola otra vez.

Esta vez sería diferente, ya que sus padres le prometieron que esta sería la última vez que la cambiarían de escuela, ya que en el caso de que tuvieran que trabajar no tendría que ir con ellos, sino que se quedaría en la ciudad con su abuela y estarían en contacto con haerin a través de un teléfono que le habían regalado por esta misma razón.

                                  (UwU)   

El día de mañana haerin comenzaría en una nueva institución, otra vez que debería empezar sin conocer a nadie, sin terminar de conocer el establecimiento y sin sus padres, estos ya se encontraban de viaje y no podrían acompañar a su hija en su primer día.

Afortunadamente su abuela la acompañaría, haerin le tenía un gran aprecio, no solía ser muy cercana con ninguno de sus familiares, pero su abuela era la única que la defendía de cualquier molestia salida de la boca de algún tío o primo.

Aparte de tímida, vergonzosa y ansiosa, hae era muy paranoica, el nivel de paranoia al que llegaba era muy preocupante para una niña de tan solo 8 años de edad.

Antes de cada día escolar siempre en cualquier mínima cosa que podía llegar a pasar y arruinarle el día.

Y este día no era la excepción, sería su primer día en una escuela nueva y no podía pensar en otra cosa que no sea eso.

Pero antes de seguir pensando en cosas que la pondrían muy triste y ansiosa, un grito dirigido a ella de su abuela sonaba desde la cocina.

– Haerinie! Ven a comer!

Salió de su habitación y se dirigió hacia el comedor, al llegar se encontró con un festín, la mesa estaba prácticamente llena.

Haerin era muy especial con la comida, por lo que cocinar para ella a veces era difícil, pero su abuela la conocía mucho, sabía perfectamente lo que le gustaba y lo que no.

– mañana comienzan las clases... – intentó iniciar una conversación con su nieta al notar lo silenciosa que estaba siendo la cena.

– ujum. – no se notaba muy interesada en hablar de eso.

– ¿Cómo te sientes? ¿Estás emocionada?

– supongo – antes de hablar con ella tenías que saber si no estaba interesada en la conversación, no te iba a responder con oraciones, te respondería con una sola palabra.

– ya veo – decidió evitar el tema de la escuela e irse por un lado que sabía perfectamente que le iba a interesar. – oye, estaba pensando en que después de que salgas de el colegio podríamos ir a un refugio de animales a visitar a algunos gatitos. ¿Qué te parece?

– ¿Y podremos adoptar uno? – la emoción de la niña había aumentado en un gran nivel.

– uno, dos..., los que quieras – visitar gatos en sus tiempos libres era su actividad favorita, pero lo de adoptar uno solía ser mentira siempre. – pero si quieres uno terminate tu plato y ve a la cama que ya es bastante tarde.

Haerin solía ser muy obediente, pero si había un gato de por medio podría llegar a robar la luna si su abuela se lo pedía. Terminó su plato, se fue a cepillar los dientes y se fue directo a su cuarto seguida de su abuela.

– quiero que me prometas algo... – le dijo esta última a la más pequeña.

– ¿Si? – su abuela no le solía hacer preguntas antes de dormir, por lo que esto fue un poco raro y preocupante para ella.

– mañana va a ser tu primer día y yo no voy a estar al lado tuyo, quiero que me prometas que vas a estar tranquila y segura de ti misma ante todo. ¿Lo prometes? – levantó su dedo meñique.

– lo prometo. – respondió a la seña que hizo su abuela.

– buenas noches, cariño. – le dio un beso en la frente y salió de la habitación.

– buenas noches a ti también abuela. – esto último lo dijo en un susurro, no solía decirle directamente nada a ella.

Haerin ama a su abuela, nunca podría vivir sin ella.



_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Si tres personas me dicen que le gustó este capítulo no lo borro.

                               

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rizos bonitos - daerin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora