Can you fix this?

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Max debía de admitir que los trabajos manuales nunca habían sido lo suyo. Incluso el cambiar un foco le había resultado una batalla titánica.

Con apenas diecinueve años se había independizado, pues el abuso de su padre había escalado cada vez a mayores.

Su mente ya no podía permanecer en aquel lugar en donde su padre arremetía todos los días tanto verbal como hace unos meses ya, físicamente.

 Aun podía ver los hematomas amarillos que se negaban a dejar su blanca piel.
Su labio tenía aun una fisura que no terminaba de sanar cuando se encontraba mordiendo su labio nerviosamente.

Su padre se podría ir a la mierda, después de todo no había sido su culpa haber nacido un poco "Diferente"
Dejo escapar un pesado suspiro y miró fastidiado el contacto que se había quemado.

El olor del plástico quemado pronto inundo sus fosas y termino lanzando el cargador de su destartalado celular.

"Maldita sea" Pensó tratando de encender ahora las luces de su lámpara de noche, que tal parecía se habían estropeado. "Muy bien Max, es momento de llamar a un profesional"

Decidiendo que no tenía la fuerza para buscar en la guía telefónica a algún eléctrico, tomo sus llaves y algunos billetes y salió.

Necesitaba un café y despejar su mente. Bajo de dos en dos las escaleras de su edificio y como si fuera una señal divina frente a él, estacionado había un camión blanco

Sonrió al ver las grandes letras negras

"Daddy Can fix it"
" Handyman Service"
(+69) 811 4416 63

 
Memorizo el número y subió rápidamente, debía llamar antes de olvidar el número.
Con renovada energía regreso a su apartamento, y en cuanto cruzo la puerta corrió al teléfono.
Dos tonos de llamada después una gruesa voz atendió su llamada.

"Buenas tardes, servicio de reparaciones Pérez"
Max no podía describir lo que había sentido en el estómago, pero claro que podía definir lo que sentía entre las piernas.

"Ho-hola, necesito los servicios de un electricista, creo que queme parte de la instalación"

La voz del hombre al otro lado de la línea era gruesa y tenía un acento peculiar que solo estaba haciendo que el cosquilleo entre sus piernas aumentara.

"Estamos a sus ordenes, ¿podría proporcionarme su dirección?"

Max sentía su coño cada vez más dolorido con forme hablaba con el hombre y terminaba de darle los detalles.

"Estaré ahí en cuarenta minutos, estoy terminando un servicio cerca" "Esta bien, gracias"

El sonido del teléfono lo sacó de su ensoñación, nunca se había podido imaginar que una llamada por teléfono lo pudiera poner así de caliente.

El hombre tardaría por lo que, tenía el tiempo suficiente para poder masturbar su adolorido coño. Corrió a su cuarto y busco en su mesa de noche su dildo favorito.Sonrió al sentir el pedazo de plástico entre sus manos.

Podía sentir sus panties empapadas, por lo que no se preocupo en buscar el lubricante. Sin perder ni un minuto más se despojo de su ropa y se recostó sobre la cama.

Dejó de lado el dildo y comenzó a tocar sus sensibles pezones, sintió la dura piel erguirse de inmediato, y el placer arremolinarse en su centro.

Los rodo sobre sus dedos, deleitándose con las sensaciones tan placenteras. Una de sus manos masajeaba una de sus tetas mientras la otra descendía, entre su abdomen.

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