Yeonjun
Llegar nuevamente al lugar en el que crecí, donde tengo tantos recuerdos y que solo poner un pie allí me llena de nostalgia y las ganas de refugiarme en los brazos de mi madre... bueno, eso era imposible ahora. Mi mamá había muerto por causas naturales; sabía que ella merecía descanso, pero nadie te prepara para perder a tu madre, nadie te prepara para el dolor de afrontar que, a tus 24 años, ya estás solo y sin brazos a los que correr a buscar refugio. Total, después de vender la casa de mis padres, volvería a la ciudad y seguiría adelante. Quedarse aquí no traería cosas buenas y yo lo sabía, lo sabía perfectamente.
Después de instalarme en el hotel de mi viejo amigo Soobin, decidí salir un rato para tomar un poco de aire. Así que, en mi camino, me encontré con una cafetería bonita que reconocía perfectamente; era la misma a la que solía ir de pequeño con mi mamá. Sonreí al recordar y decidí entrar para ver cómo estaba la señora Choi y, de paso, tomarme un café. Pero al entrar, mi rostro se transformó en una mueca de confusión. No había señora Choi, pero sí un muchacho de cabello castaño que lucía bastante similar a un oso... oh, espera. Era el niño oso, así le llamaba yo a Beomgyu, el hijo menor de la señora Choi y también el fastidioso hermano menor de Soobin. Claro que era el niño oso... no había cambiado para nada. Seguía luciendo como aquel adolescente tonto de quince años, con la diferencia de que ahora probablemente tenía 22, y sus facciones estaban más marcadas; era un adulto ahora. No esperaba encontrarlo, pero su presencia no era mal recibida. Así que decidí acercarme al mostrador para pedir. No sabía si él me reconocerá; algo muy dentro de mí quería que él me reconociera, pero eso era algo de lo que aún no me sentía preparado para admitir. No era necesario, y ese pensamiento solo era algo fugaz, plenamente producido por la nostalgia de volver aquí. Nada más, ¿verdad?
— Buenas tardes, un café espresso.
Dije con una sonrisa cálida mientras lo miraba directamente a los ojos, esperando secretamente ansioso que me recordara. No entendía por qué me sentía tan nervioso al hablarle, no tenía razón para estar así. No, sí la había... solo no quería desempolvar recuerdos que había cerrado con llave en un cajón así que decidí centrarme en que solo era Beomgyu, solo el niño oso... pero, wow, el niño oso se había vuelto increíblemente caliente... ¿Qué carajos? No. No era caliente, no... solo un adulto con rasgos atractivos y eso es algo que cualquiera vería, así que solo estaba dando una opinión objetiva, no significaba absolutamente nada. Mejor moví esos pensamientos de mi mente, no eran lo correcto en este momento. Tal vez más tarde analice a detalle esos pensamientos, pero ahora debía concentrarme en actuar decentemente frente a Beomgyu, en actuar como un adulto prudente y reservado. Era momento de demostrar que ya no era más un adolescente que vino a la ciudad plenamente con la finalidad de seguir sus sueños dejando todo detrás de él. Ahora era un adulto exitoso, con una carrera estable y mucho más maduro, así que no había necesidad de pensar lo contrario. No había necesidad de tener pensamientos raros acerca del atractivo de Beomgyu.
﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀Este es mi primer fanfic, así que de antemano disculpo si hay faltas ortográficas, narración no del todo correcta y actualizaciones no tan frecuentes. Espero poder hacer que este fic sea agradable para ustedes y eso, gracias por leer.
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Café de los recuerdos || Yeongyu
FanfictionYeonjun es un joven arquitecto que lleva años viviendo en la ciudad. Tras la muerte de su madre, decide regresar a su pueblo natal para encargarse de la venta de la casa familiar. El regreso a su lugar de origen no es sencillo; está lleno de recuerd...