Me llamo Carlos y hoy me caso con el amor de mi vida, Carla. Y si, nos llamamos casi igual, humoradas de la vida supongo, estoy en el altar y estoy deseoso de verla en su vestido blanco.
Nos conocimos hace 7 años, al finalizar la universidad, fue amor a primera vista de ambas partes, me festejaban que termine la carrera en la puerta de la casa de estudios y ella salía del gimnasio, me acerque a ella lleno de harina, con mucha vergüenza le pedí el teléfono para hablarle, me lo dio
Al poco tiempo de hablarnos por teléfono empezamos a salir, amaba, y sigo amando, como destaca su femineidad en vestidos hermosos y con su musculoso cuerpo. Recuerdo nuestra primera salida como si ocurrió ayer, primero fuimos a cenar algo rico, luego al cine a ver una película de terror -amamos las películas de ese género- aunque nos reímos de lo mala que era el film, de ahí salimos una infinidad de veces. Sin embargo, ninguno de los dos sabe bien cuándo nos volvimos una pareja oficialmente, cierto, ella también tiene una mala memoria, pero no tanto como la mía
Bueno, volviendo al presente porque esta entrando mi flamante esposa, mientras entra a la iglesia donde estamos la gente se sorprende y murmura algo que nunca entendí. Entre los invitados hay gente con cara de sorpresa, cara de asco, el padre incluido y gente que no se sorprende de nada, ya que no mentí, mi mujer es musculosa literalmente, es una mujer sin piel vestida en un vestido blanco de bodas
-Corrección: Ahylin