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Mientras la atmósfera en el gran comedor se tornaba tensa, los murmullos comenzaron a surgir entre los alumnos. Los de Gryffindor, en particular, se miraban entre sí.

Dumbledore, con su voz serena pero firme, rompió el silencio:

-queridos estudiantes, se que el nombramiento de una posible guerra puede ser inquietante pero necesito que mantengan la calma.

Un grito estridente resonó desde la mesa de Slytherin:

—¡Seguro que es otra broma de Potter y sus amiguitos!

Sirius Black, el mejor amigo de James, un joven de cabello oscuro y una belleza impactante, respondió con la misma intensidad:

—Cállate, serpiente rastrera.  A ver si te atreves a repetir eso.

La profesora McGonagall les advirtió:

"Jóvenes, comportense los dos o tendrán un castigo muy severo".  Sus palabras resonaron en el comedor, creando un silencio sepulcral.

En la mesa de Gryffindor

Remus Lupin, un castaño muy guapo y único que parecía poseer una neurona en funcionamiento dentro de aquel grupo de bromistas, se dirigió a James

James, ¿qué has hecho esta vez?  Digamos que sin bromas por unos días.

James, con un brillo travieso en sus ojos, respondió:

Te lo juro por mis ganas de tener una cita con Lily que esta vez no hice nada.

Sirius, con una sonrisa triunfante, lo defendió:

—¡Es verdad, Remus!  ¿Acaso James haría una broma y no nos avisaría?  Sobre todo ahora que Lily por fin aceptó salir con él.

Remus abrió los ojos con sorpresa

—¿Lily aceptó salir contigo?

James, con una sonrisa pícara, respondió:

—ojala.  El otro día, Sirius y yo encontramos un libro que decía que hay que manifestar las cosas para que sucedan.

Sirius asintió con orgullo, confirmando la afirmación de James.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2024 ⏰

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