Marcos Ferreyra era un chico de 25 años que había perdido todo en la vida. Su familia había muerto en un accidente automovilístico cuando él tenía solo 13 años, y desde entonces había estado viviendo en la calle.
La vida en la calle era dura y peligrosa, pero Marcos había aprendido a sobrevivir. Se había convertido en un experto en encontrar comida y refugio en los lugares más inesperados.
Pero a pesar de su habilidad para sobrevivir, Marcos se sentía solo y abandonado. No tenía a nadie a quien recurrir, nadie que lo cuidara o lo protegiera.
Hasta que un día, todo cambió.
Marcos estaba explorando un callejón oscuro y abandonado cuando escuchó un ruido débil. Se acercó a la fuente del sonido y encontró a un pequeño cachorro de pastor alemán, temblando de miedo y hambre.
Marcos se sintió conmovido por la situación del cachorro y decidió cuidarlo. Le dio de comer y de beber, y lo acunó en sus brazos hasta que se durmió.
Desde ese momento, Marcos y el cachorro, al que llamó "Charly", fueron inseparables. Charly se convirtió en el mejor amigo de Marcos, y juntos enfrentaron los desafíos de la vida en la calle.
Pero la vida en la calle no es fácil, y pronto Marcos y Charly se enfrentarían a un nuevo desafío...
Marcos cerró los ojos y se dejó llevar por los recuerdos. Recordó el día en que su familia había salido de viaje a Mar del Plata. Habían estado planeando ese viaje durante meses, y finalmente habían llegado al día de la partida.
Su padre, Antonio, había estado emocionado de llevar a su familia a la playa. Era un hombre alto y fuerte, con un bigote oscuro y una sonrisa amplia. Siempre había sido un padre cariñoso y protector, y Marcos lo admiraba por su fortaleza y su sabiduría.
Su madre, Silvina, había estado ocupada preparando la comida y las maletas. Era una mujer delgada y elegante, con el cabello oscuro y los ojos verdes. Siempre había sido una madre amorosa y dedicada, y Marcos la amaba por su bondad y su generosidad.
Su hermana, Sofía, había estado saltando de emoción, ansiosa por llegar a la playa y jugar en la arena. Era una niña pequeña y traviesa, con el cabello rubio y los ojos azules. Siempre había sido una hermana cariñosa y juguetona, y Marcos la adoraba por su energía y su alegría.
Marcos recordó cómo había subido al auto con su familia, sintiendo la emoción y la anticipación de un viaje nuevo. Su padre había puesto música en el auto, y todos habían cantado juntos mientras conducían hacia la costa.
El viaje había sido largo, pero la familia había estado contenta y relajada. Habían parado en varios lugares para comer y descansar, y habían disfrutado del paisaje y del clima.
Pero entonces, de repente, todo había cambiado. Un auto había salido de la nada y había chocado contra ellos. Marcos recordó el sonido del impacto, el grito de su madre, el llanto de su hermana.
Y luego, la oscuridad.
Marcos abrió los ojos y se encontró de nuevo en la calle, con Charly a su lado. Se sintió un poco mareado y confundido, pero Charly lo miró con sus ojos amables y lo sacó de su estado de trance.
"¿Estás bien, amigo?", parecía preguntar Charly.
Marcos asintió y se levantó. "Sí, estoy bien", dijo. "Solo estaba recordando cosas del pasado".
Charly lo miró con comprensión y se acercó a él. Marcos lo acarició y se sintió un poco mejor.
Pero la memoria de su familia y el accidente todavía lo perseguían. Marcos sabía que nunca podría olvidar lo que había sucedido, pero también sabía que tenía que seguir adelante.
ESTÁS LEYENDO
Mi Amigo Charly
Short StoryDespués de perder a su familia en un trágico accidente, Marcos Ferreyra, un joven de 25 años, se ve obligado a enfrentar la vida en soledad. Sin hogar ni familia, Marcos aprende a sobrevivir en las calles, hasta que un día conoce a un pastor alemán...