Introducción

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La oscuridad del subterráneo contrasta con el propósito provisional que le hemos dado al mismo: protección y refugio. La nieve, incluso con aquella crueldad recientemente adoptada en estos tiempos de guerra, me parece una mejor opción.

En ella ahora se encuentra una muerte segura, tanto para los supuestos amigos que éramos nosotros, prácticamente sus hijos; como para aquellos enemigos que la han invadido a ella y todos los que solíamos habitarla ya acostumbrados.

Pero también en entre ella, en una tumba con esperanza momentánea, se encuentra nuestro campo. Nuestra Rusia.

Nosotros, sus flores, nos encontramos encerrados en esta oscuridad que es ahora un obligatorio refugio. Esperando; no a que la nieve que la cobija desaparezca, como lo hace todo el año. Hasta que la guerra, la verdadera prisión, termine. Hasta entonces el campo soporta y nos espera a nosotros.

Hay pequeñas luces que contrastan también con la oscuridad que ahora caracteriza al antes incluso cálido y vivaz subterráneo. Son las que hacen que, para mi desgracia, recuerde su sonrisa. La recuerde a ella.

Galina. Galya. Ella. Su sonrisa, trágicamente reservada ya para mí solamente.

Pensar en ella hace la nieve vuelva a verse como la mejor opción.

Galya, como todos, es una flor. Solo una más para el campo, para el resto de las flores. Todo sería más fácil si yo me encontrara en ese entre ellas.

Galya es mi única flor. Como las que solía regalarle, solo una cada vez. Una flor para otra flor.

El único problema, es que Galya no so encuentra ya conmigo. Tampoco puedo asegurar que ya esté en la seguridad que es la muerte.

Allá afuera, enterrada en la nieve blanca, arropada solamente con su piel ya azulada por el toque del frío y la agonía, hundida en el rojo de su propia sangre. Tantos finales, una certeza ausente dirigiéndolos a todos en mi cabeza.

La flor de Rusia, permanece en su campo. Su ausencia para el fin de la guerra, la llegada de la primavera, o en pocos minutos, es una siempre una posibilidad.

Como lo es la presencia de otra flor acompañándola; la muerte envolviéndolos a ambos.

No sé si alguien llegue a ver esto, pero de cualquier manera debo explicar por qué elegí Rusia (ya le quité la magia): era el único país que sobraba... no, en realidad no. Al menos no del todo. La verdad es que ese país es uno de mis favoritos. Un gusto que, antes de este concurso, era más bien algo muy vago y superficial. Porque incluso con unos cuantos datos es algo profundo (como uno de sus Lagos... otra de las cosas que aprendí), por no hablar de algo más, como su historia.
¿Se entendió? (Como la historia) bueno, espero que sí. Quiero también agradecer a Natasha (¿está bien si te llamo así?) por dejarme participar en su concurso "Un lugar, una historia", con esto. Espero que todo esté bien.

Las Flores de RusiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora