Concede un baile.

2

<<Secretos>>

Ekko dejó los primeros planos sobre la mesa, con trazos aún inacabados. Había pensado en usar grandes retazos de tela para dar forma al diseño, pero algo faltaba. Frente a él, Jinx permanecía encorvada en una silla, con las rodillas recogidas contra el pecho.

Él observó los bocetos, inquieto. No estaba seguro del siguiente paso. Ella, por su parte, los miraba de reojo, como quien evalúa sin mucho interés. Las líneas tenían una forma similar a los aeroplanos de Piltover, aunque aún no parecía funcional.

—Si queremos que esto funcione —dijo Ekko de pronto, rompiendo el silencio—, necesitamos algo que pueda seguir las corrientes de aire. Quizás la forma de un globo aerostático.

—¿Un globo? ¿Estás sugiriendo que pongamos fuego cerca de ti? —respondió Jinx con una ceja levantada.

—Considerando lo que pasó en The Last Drop, probablemente no sea la mejor idea. Pero... —Ella le dedicó una sonrisa ladeada en respuesta antes de perderla en una mirada melancólica. Sus dedos recorrieron las líneas en el papel, como si intentara moldear una solución entre ellas

—Creo que deberíamos buscar algo que utilice las corrientes de aire a su favor.

—Como la ventilación —añadió Ekko, captando la idea al vuelo—. Algo similar a las hoverboards.

—Sé de un lugar que podríamos usar.

Ekko la miró, y su expresión dejó claro que sabía exactamente a qué lugar se refería. Desde que salieron de allí, Jinx no había mencionado ese sitio.

—Necesitaremos ayuda para eso, llamare a algunos...—dijo, calculando lo necesario.

—¡No! —El grito de Jinx lo detuvo en seco. Ella se levantó bruscamente, casi como si quisiera frenar el pensamiento antes de que tomara forma—. Yo... —bajó la mirada y suspiró, buscando las palabras adecuadas—. ¿Podemos ir solos?

"Tardaremos más"

"Prioriza las cosas, Jinx"

"Tenemos que apurarnos"

Cada una de las posibilidades de respuestas llegaron a su mente, Silco solía priorizar el trabajo antes que sus propios intereses, y en este momento...

—Está bien —dijo al final, sin rastro de duda en su voz.

"¿Enserio está bien?"

Jinx apenas asintió. Mientras él se alejaba para buscar su abrigo, ella se quedó sola, frente a los planos. Tomó el lápiz que él había dejado sobre la mesa y comenzó a dibujar, trazando aspas que imaginaba girando con el viento.

—¿Lista?

No se dio cuenta de cuándo Ekko regresó. Llevaba su Hoverboad bajo el brazo y un abrigo grande que casi ocultaba su delgado cuerpo. Jinx dejó el lápiz y se acercó a él, intrigada por el artefacto.

—Siempre me causó curiosidad este aparato tuyo —comentó, observándolo con atención.

—Espero que estés lista para usarlo —respondió él, dedicándole una sonrisa antes de encaminarse hacia la salida.

Ella lo siguió, todavía analizando el singular diseño.

...

Cuando llegaron, Jinx saltó del hoverboard sin esperar a Ekko, quien aterrizó un momento después. El lugar parecía más silencioso de lo que recordaba, las sombras envolvían las esquinas y la pintura neón descascarada apenas reflejaba la luz que se colaba desde afuera.