El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y lilas. Respiré profundamente mientras cruzaba la entrada de la facultad de psicología. Ya llevaba varios días en la universidad, pero sentía que nada podía calmar la ansiedad que me invadía. El primer semestre había sido abrumador, con nuevas materias, compañeros desconocidos y expectativas por parte de los profesores. A veces me sentía como si fuera la única persona que no sabía exactamente qué hacer, pero al mismo tiempo, algo dentro de mí me decía que este era el lugar donde debía estar.
Había llegado el momento de reunirme con mis amigas, Pri y Luna. Me sentía extraña sin ellas a mi lado, sin esas conversaciones profundas y ligeras al mismo tiempo, esas que nos hacían sentir como un todo. No solo era que mis amigas eran mi refugio emocional, sino también que, después de tanto tiempo, sentía que mi vida universitaria no estaría completa sin ellas.
Cuando llegué al parque, vi a Luna y Pri sentadas bajo un árbol, conversando animadamente. Pri estaba haciendo gestos mientras contaba alguna anécdota, mientras Luna sonreía y asentía. Cuando me vieron acercarme, ambas se levantaron rápidamente para abrazarme.
“¡Ludmi!” gritó Pri, levantándose al instante y corriendo hacia mí para abrazarme con fuerza. Luna la siguió, sonriendo de oreja a oreja, y también me abrazó.
“Te extrañamos un montón” dijo Luna, separándose un poco para mirarme con sus ojos brillantes.
“¿Cómo te ha ido en la uni?” preguntó Pri, con una sonrisa curiosa.
Sonreí, un poco nerviosa pero contenta al mismo tiempo. Era un alivio poder ser completamente yo misma con Pri y Luna. No tenía que ocultar nada, no tenía que defender quién era. Mis amigas ya me conocían de la mejor forma posible.
“Ha sido... raro” dije mientras me sentaba junto a ellas. “Es todo tan nuevo. Hay momentos en los que me siento fuera de lugar, pero luego, en otros, me doy cuenta de que en realidad estoy donde debo estar.”
Pri asintió con comprensión, mientras se acomodaba en el césped.
“Es normal sentirse así. Yo también tuve mis dudas al principio. Hay mucha gente, muchas expectativas. Pero al final, solo tienes que concentrarte en lo que tú quieres, en lo que realmente te hace feliz. ¿Cómo te has sentido con tus compañeros?”
Pensé por un momento, recordando las primeras interacciones con los demás estudiantes.
“Bien, en su mayoría. Algunos son muy abiertos y otros, bueno... no tanto. A veces siento que hay miradas que me incomodan. No sé, tal vez es solo mi paranoia, pero no puedo evitarlo. No todo el mundo entiende lo que significa ser como soy.”
Luna me miró con ternura y puso su mano sobre la mía.
“Lo entiendo, Ludmi. Yo he pasado por lo mismo. En la universidad, la gente se va conociendo y muchas veces no saben cómo reaccionar. Pero eso no cambia quién eres. Lo importante es que sigas siendo tú, como siempre lo has hecho.”
Sonreí agradecida, tomando la mano de Luna. No había nada más reconfortante que saber que mis amigas estaban allí para apoyarme, sin juzgarme, sin intentar cambiarme.
“Gracias, de verdad. Me siento más tranquila cuando hablo con ustedes.”
Pri dio un ligero golpe en el hombro, sonriendo.
“¡Y eso es solo el comienzo! Ya verás que con el tiempo todo se vuelve más fácil. La universidad es un mundo nuevo, pero también es una oportunidad para crecer. Yo sé que vas a encontrar tu camino, y no lo harás sola. Siempre estaremos a tu lado.”
Miré a mis dos amigas, y por un momento, me sentí inmensamente agradecida por tenerlas en mi vida. Había decidido estudiar psicología para poder entender mejor a las personas, pero también sabía que mis amigas eran las que me entendían mejor que nadie.
“¿Y ustedes?” pregunté, mirando a Pri y Luna. “¿Cómo están con todo esto? ¿Con la universidad? ¿Con la vida?”
Pri sonrió con una mezcla de nostalgia y emoción.
“Al principio fue un poco difícil. Cambiar de ciudad, adaptarme a un nuevo entorno... pero también es emocionante. Yo estoy aprendiendo mucho sobre mí misma, lo que quiero para mi futuro, lo que espero de esta etapa. Es como un renacer, en cierto modo.”
Luna asintió, pensativa.
“Yo siento lo mismo. A veces es complicado, pero al final, la universidad también es un lugar donde nos estamos encontrando a nosotras mismas, ¿no? Aprendemos cosas nuevas no solo sobre los demás, sino también sobre lo que queremos y necesitamos.”
Las miré en silencio, apreciando las palabras de ambas. Sabía que la transición no iba a ser fácil, pero tener a Pri y Luna cerca me daba la fuerza que necesitaba para seguir adelante. Ellas no solo eran mis amigas, sino mi soporte emocional, mi refugio en este mar de incertidumbre. Había aprendido mucho de ellas a lo largo de los años, pero ahora entendía que el verdadero poder de nuestra amistad residía en nuestra capacidad para apoyarnos mutuamente en cada paso del camino.
“Es raro, ¿no?” dije, riendo suavemente. “Estamos comenzando una nueva etapa, y aunque todavía no sepamos exactamente qué nos depara el futuro, sé que lo enfrentaremos juntas. Nos tenemos las unas a las otras.”
Pri sonrió ampliamente.
“Eso es lo que importa. No importa lo que venga, mientras tengamos a nuestras amigas, todo será más llevadero.”
Luna me miró con cariño y agregó:
“Y siempre podremos contar con la otra para recordarnos lo fuertes que somos. Las tres hemos cambiado, pero seguimos siendo las mismas, y eso es lo que más me gusta.”
Me sentí reconfortada, como si, por un momento, todo estuviera en su lugar. Sabía que la universidad sería un desafío, que encontrar mi camino sería una aventura llena de incertidumbre, pero también sabía que, mientras tuviera a Pri y Luna a mi lado, podría con todo.
“Entonces, ¿qué les parece si vamos a cenar todas juntas este fin de semana? Necesito unas buenas risas y una comida deliciosa para celebrarlo.”
Pri y Luna asintieron de inmediato.
“¡Eso suena perfecto!” dijo Pri, sonriendo de oreja a oreja.
“Cuenta con ello” añadí, con mi típica sonrisa tranquila.
Me sentí más ligera al pensar en ese reencuentro, en la forma en que las tres podríamos seguir compartiendo momentos, incluso en medio de todos los cambios. La universidad era solo el inicio de una nueva etapa, pero una cosa estaba clara: no importaba lo que el futuro nos deparara, siempre estaríamos allí para sostenernos mutuamente.
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El Diario De Ludmila Vol. 2
Teen FictionLudmila comienza una nueva etapa en su vida, dejando atrás la escuela para enfrentar los desafíos de la universidad. Mientras busca ser completamente ella misma, se enfrenta a las expectativas sociales y a su deseo de descubrir quién es realmente. A...