CAPÍTULO 3: ¿Siempre va a ser así?

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Cuando llegué a mi habitación, solo pude sentarme en mi cama y tirarme, miré el techo y empecé a llorar otra vez, mientras un nudo en mi garganta se producía.

Le había dicho a Sasuke que estaba embarazada, era justo lo que quería evitar, justo la humillación que quería no sentir, tuve que pasarla.

No dejaba de pensar "¿y si alguien pudo escucharnos?", "¿y si no fui lo suficientemente discreta?"; sentía que mi corazón y mi cabeza estallarían.

Me sentía tan sola, no tenía a alguien a quién contarle, incluso con Ino me sentía como una idiota de tan solo pensar en decirle que había tenido relaciones con Sasuke.

Una notificación llegó, era un audio de Sasuke.

"No lo firmaré ahora, te acompañaré y allá lo haré. Dime el lugar y la hora, y ambos iremos".

Empecé a responderle por mensaje, no quería que escuchara mi entrecortada voz. "El domingo, haré la cita".

"Está bien. Avísame el horario, pasaré por ti.", fue lo que respondió, y la conversación terminó ahí.

Mis padres nunca estaban en casa, y aunque al inicio quise pedirles su aprobación, un miedo repentino y una cobardía colosal me abrumaron tanto que decidí que lo mejor era no hacerlo. Sabía dónde guardaban sus sellos, y los puse en los formularios.

Después de la noche anterior, no me atrevía a darles tan decepcionante noticia.

Cuando mis padres llegaron, yo estaba cenando, pues eran cerca de las once de la noche, y aunque los estuve esperando, ellos no respondían mis mensajes como de costumbre.

—¿Ya terminaste tus deberes?— preguntó mi madre con un tono serio.

—Solo me falta...

—¿Y por qué estás cenando entonces?, primero debes terminar la tarea. Además mira la hora, ¿pasan de las once y no has terminado tus deberes?— mi madre elevó su tono de voz.

—Es que llegué algo tarde, voy a concursar en canto para el festival de la escuela, y...

—Diles que no puedes, eso no te ayudará en tu perfíl académico, y te está perjudicando para terminar tus deberes a tiempo.

Mi padre, quien no había dicho algo, me tomó de la mano y la puso sobre la mesa, tirando lo que yo tenía en los palillos.

—Ve a terminar tus deberes, cenarás después— aunque esa era la manera en la que me educaron, jamás terminé de acostumbrarme.

—Sí, claro.

—Por cierto— mi padre intervino —, ¿renunciaste ya a tu trabajo de medio tiempo?— ellos descubrieron lo que hacía, y ya me habían reprendido por ello.

—S-Sí, ya renuncié— dije sintiendo algo de temor, pues aunque solo me regañaron, por poco me iba a golpear mi padre al enterarse que trabajé a sus espaldas, y todo fue porque les dije que era para beneficio de mi perfil escolar.

—Menos mal, ya estaba pensando en aparecerme ahí— mi padre abrió el refrigerador.

—¡Dejaste la luz encendida de tu cuarto!— gritó mi madre desde el segundo piso —, ¿cuánto tiempo la has dejado así?

—No mucho, como quince...

—¿Quince?— mi padre se molestó —, la luz es muy cara, no puedes dejar encendida la luz así como así.

—¿Por qué te estás volviendo tan rebelde?, ¿y justo ahora que vas a ingresar a la universidad?, ¿es por Ino?, ¿ella te...

—¡Claro que no!— grité indignada, a lo que mi padre me abofeteó.

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⏰ Última actualización: 2 hours ago ⏰

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