𝙖𝙘𝙘𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙖𝙡𝙡𝙮 𝙞𝙣 𝙡𝙤𝙫𝙚 ; 𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣

1

Estaba aburrido, ni uno de sus amigos tenía planes interesantes para ese día, así que escuchar a Quackity y su "fabuloso" plan de hornear pasteles le pareció entretenido.

Lastima que una inocente "clase de repostería" causará un enorme problema.

— Y el toque final.— mencionó el mexicano, sacando un frasco rosa y vertiendo un poco del contenido en el pastel.— este ya está listo, no te lo vayas a comer eh Spreen?

El nombrado volteó sin interes, no estaba prestando atención.

— Tranca, solo vine a ver.— suspiró de aburrimiento, pensaba que ver a su amigo cocinando lo iba a entretener pero fue todo lo contrario, ya hasta se estaba durmiendo.

— Voy por unas cosas con Slime, ahorita regreso, todavía vamos a hacer galletas.

— Dale, acá te espero.— se despidió de su amigo sin quitar la vista de la mesa.

5 minutos fueron suficientes para que el híbrido de oso se desesperara y comenzará a husmear en la cocina. Sus ojos se posaron en los deliciosos pasteles que estaban en la barra.

¿Cuál era el que no podía comerse? Bueno, el de fresa se veía muy sencillo, y para que mentirse, le encantaba la fresa.

— No me lo voy a comer todo.— se dijo así mismo, tomando un plato y  sirviéndose una rebanada.

Comió el primer bocado, riquísimo.

Otro. El mejor pastel que había probado.

Otro más.

Y así hasta que llegó Quackity acompañado de Slime.

— ¿¡QUÉ VERGAS HACES SPREEN!?

El gritó de su amigo lo asustó, ¿Qué había hecho mal ahora?

— Cerrá el orto.— se quejó tapando una de sus orejas.— probando un poco, ¿Porqué?

El de gorro se llevó las manos a la cara preocupado.

— ¿Quacks?— cuestionó ahora Slime.

— Ese pastel tiene una poción de amor.— habló.— pinche menso, lo primero que te dije, que no te comieras ese pastel y lo primero que haces.

Spreen se quedó inmóvil al escuchar lo que contenía el pastel, pero después se echó a reír.

— Qué decís, esas boludeces no existen.— siguió riendo.

— Así es, no existen, se crean.— interrumpió Slime.— yo la hice.

El argentino dejó de reír, sabía que a Slime le gustaba crear cosas, pero nunca pociones de amor.

— Jodeme.— ahora sí habló preocupado.— nah, jodeme.— volvió a repetirse con un poco de miedo.

Slime y Quackity asintieron arrepentidos, la situación escaló muy rápido.

— Y bueno, no sirve, no me he enamorado de ustedes.

— Así no funciona, la poción surge efecto solo con tu alma gemela.— explicó el de gorro.— acelera las cosas con tu destinado por así decirlo.

— Tienes veinticuatro horas para averiguar quién es tu alma gemela Spreen.— agregó el de lentes con diversión.

— Tampoco es que me muera por saberlo.— mencionó.— no me interesan mucho esas cosas.

...

Sabía lo que le había dicho a sus dos amigos, pero mintió, si le causaba un mínimo de curiosidad con quién iba a terminar emparejado el resto de su vida.