Es un día soleado en el reino de Alejandro. Las flores del jardín real estaban en su máximo esplendor, y los sirvientes habían adornado los patios con guirnaldas hechas a mano, llenas de colores vivos. Alejandro cumplía 11 años, y aunque no solía emocionarse por estas festividades, algo en el ambiente le hacía sentir que este día sería especial.
Louis, con su entusiasmo infantil, corría por el patio ayudando a colocar los últimos detalles mientras Edmund supervisaba con el ceño ligeramente fruncido. Siempre quería que todo saliera perfecto para Alejandro, aunque nunca admitía cuánto le importaba.
Cuando Alejandro llegó al patio, acompañado de su padre, todos los presentes lo recibieron con aplausos y pétalos de rosas aventandolos por los aires,sin embargo, antes de que pudiera agradecer, un extraño viento recorrió el lugar. Las guirnaldas temblaron y las velas de los candelabros se apagaron.
"¿Qué fue eso?" preguntó Louis, acercándose instintivamente a su hermano mayor.
Alejandro, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, miró hacia el cielo. En ese momento, la reliquia que siempre llevaba oculta en su bolsillo emitió un brillo tenue, como si estuviera respondiendo a algo invisible.
Edmund, que lo observaba desde un rincón, notó la expresión en los ojos de Alejandro. "¿Qué sucede?" se acercó, intentando parecer calmado.
Pero Alejandro no pudo responder. Una figura etérea apareció frente a él, proyectada desde la luz de la reliquia: su abuelo, el gran guerrero mexica. "Alejandro," dijo con voz profunda y reverberante, "tu destino está lleno de pruebas, pero hoy... hoy recibirás un regalo que pondrá a prueba tu corazón."
Louis, boquiabierto, susurró: "¿Es un fantasma?" mientras Edmund instintivamente se colocaba frente a él y a Alejandro, como si intentara protegerlos.
El abuelo extendió una mano hacia Alejandro y sonrió. "Todo comenzará hoy, pero recuerda: tus amigos son tu fuerza, y tus enemigos, tu mayor lección."
Alejandro, sintiendo una conexión inexplicable con la figura de su abuelo, avanzó hacia él sin dudar. La luz de la reliquia parecía guiarlo hacia el bosque cercano al castillo.
"Alejandro, ¿a dónde vas?" gritó Louis, corriendo tras él. Pero Alejandro no respondió. Sus pasos eran firmes, como si estuviera en un trance.
Edmund, que nunca lo dejaba solo, tomó la mano de su hermano menor. "¡Vamos, Louis! No podemos dejarlo ir solo."
Los tres se adentraron en el bosque, donde la luz del sol apenas lograba atravesar las copas de los árboles. Alejandro avanzaba más rápido de lo que Edmund y Louis podían seguir, pero justo cuando pensaron que lo perderían de vista, un sonido inesperado detuvo su carrera."¿Quién anda ahí?" preguntó Edmund con voz firme, colocando a Louis detrás de él.
De entre los árboles, una figura alta y elegante apareció. Era un chico de cabello rubio platino y ojos azules tan intensos como el hielo: Vladimir, el heredero del Imperio Ruso.
"Vaya, parece que no soy el único que sigue a Alejandro," dijo Vladimir con una sonrisa burlona.
Edmund frunció el ceño. "¿Qué haces aquí, Vladimir? Esto no tiene nada que ver contigo."
"¿Oh, no?" Vladimir avanzó lentamente, ignorando el tono de Edmund. "He venido a entregar mi 'regalo' a Alejandro. Pero parece que las cosas se han puesto más... interesantes."
Louis, intrigado pero nervioso, susurró: "¿Cómo supo que estábamos aquí?"
Antes de que Edmund pudiera responder, un grito de Alejandro los interrumpió. "¡Abuelo, espera!"
El grupo siguió la voz y lo encontró de pie frente a un altar de piedra, donde el abuelo de Alejandro parecía estar hablando con él en un idioma antiguo que nadie más podía entender. La reliquia brillaba con más intensidad, como si reaccionara al altar.
Vladimir observó la escena con interés, acercándose sin temor. "¿Eso es... la reliquia? He oído hablar de su poder. Fascinante."
Edmund bloqueó su camino. "Mantente alejado. Esto no te concierne."
"¿De verdad, Edmund? Parece que Alejandro tiene secretos que ni tú conoces." Vladimir sonrió, pero había algo en su mirada que mostraba más curiosidad que burla.
Alejandro finalmente se giró hacia ellos, su mirada seria pero llena de determinación. "No pueden estar aquí. Es peligroso."
"Entonces no deberías estar solo," replicó Edmund con firmeza.
El abuelo de Alejandro miró al grupo y habló por primera vez, su voz resonando como un trueno. "Si todos están aquí, significa que están ligados por el mismo destino. Pero recuerden: este camino no perdona debilidades. Solo la verdad en sus corazones los guiará."
♥︎ GRACIAS POR LEER Y DARLE UNA OPORTUNIDAD A MI HISTORIA♥︎
En el próximo capitulo contaré como se conocen los chicos Vladimir,Edmund,Louis y Alejandro, si tiene alguna recomendación o alguna duda sobre la historia me lo pueden aser saber para explicarla y aserle un capítulo para que complemente la historia y sea más fácil de entender
Talves cambie el estilo de como ablan los personajes
Palabras:800
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Mi verdadero amor
RandomEspero y les guste ◆ Contiene: --+18 --Romance --Romance adolescente --Discusiones --¿Comedia? Entre muchas otras cosas