Estaban corriendo a toda velocidad, para evitar que las alcanzaran.
De tanto correr, la respiración de su pecho subía y bajaba a una velocidad alarmante, pero no se rendiría tan fácil, tendrían que salir de esta y sabía que podían hacerlo. Solo era un esfuerzo más.
Había llegado un momento en que ya no tenían escapatoria, se encontraban en un callejón sin salida, a oscuras. De lejos podían ver a unos vagabundos mirándolas con curiosidad, pero sin intención alguna de acercárseles.
Se encontraban atrapadas, no había manera alguna de salir de ese lugar.
De pronto, oyó que unos pasos se le acercaban por detrás, cerrándoles el paso a escapar.
Trago saliva con dificultad, sin saber que hacer. Sabía que podía derribarlos fácilmente, pero llamarían a más guardias y eso las pondría en peligro a las dos, terminarían en la cárcel sin dudas.
Estaba intentando crear un plan para salir de ese lugar, pero no se le ocurría ninguno. Su mente estaba en blanco.
Sabía que debía actuar lo más pronto posible, porque si no lo hacía, las cosas no terminarían nada bien.
Escuchó que los pasos se acercaban y que tan solo estaban a unos pocos centímetros de ella.
—Te encontrás en un grave problema, jovencita —escucho decir por detrás de ella— ¿O debería decir, ladrona? —dijo el hombre enfatizando la última palabra.
Apretó los dientes con furia al oír las últimas palabras. Aún así, no se volteo a verlo, y se quedó de espaldas a él, manteniéndose firme.
—No es algo apto que vaya robando cosas que no son de su propiedad siendo menor de edad —exclamo mirando a la niña que se encontraba al lado de la mayor.
Al decir esto, el hombre se acercó más a la mayor, esta pudo percibir como el guardia sacaba un arma de su bolsillo y le apuntaba en la nuca.
—Entrega las joyas y ninguna de las dos saldrá herida. De lo contrario, estarán en la cárcel, sin ningún daño por encima. Si no lo hacés, lamento informarle de que terminaran las dos con un disparo y con varios guardias atrás.
De repente, el crujido de un hueso roto resonó por todo el lugar. Vi se miró el puño, que estaba sangrando en ese preciso momento. El hombre se encontraba paralizado, con una mano en donde lo habían golpeado.
Vi aprovecho el momento y tiró al guardia al suelo, dándole una patada una vez más en la cara y tomó de la mano a su hermana, para correr de allí lo más rápido posible.
Dos guardias más estaban esperándolas en la salida del callejón, pero Vi los derrumbo fácilmente, sin soltar a su hermana en ningún momento.
Ambas se dirigieron hacia el bar de Vander, donde siempre se podían encontrar a salvo pase lo que pase.
Cerraron la puerta de un portazo, lo cual hizo que todos los que se encontraban en el lugar les dirigieran una mirada de confusión. Vander al percatarse de esto, les hizo una seña de que le restaran importancia.
Las hermanas lo saludaron y procedieron a irse a un pequeño refugio que estaba conectado con el bar. Este se encontraba en una zona oscura y peligrosa de Zaun.
El hombre solo se limitó a dirigirles una mirada de confusión, dando a entender que le debían una explicación luego.
La habitación era un pequeño espacio humilde, con paredes deterioradas y pocos recursos, pero lo suficientemente acogedor para ellas. Estaba decorada con algunos posters de bandas musicales que le gustaban a Vi y algunos dibujos hechos a mano por Powder.
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In Another Universe - 𝑪𝒂𝒊𝒕𝒗𝒊
Romance𝑽𝒊 𝒆𝒓𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂 que vivía en Zaun, una cuidad subterránea, junto a su hermana Powder. A lo largo del tiempo, surgen varias complicaciones en la vida de Vi. Uno de los motivos fue separarse de su hermana menor, lo que la lleva a ser la...