Debí darme cuenta que sólo era un juego, no debí enamorarme de aquel chico...
Me dirijo hacia la cocina, por suerte esta Amelia, mi madrastra.
-Amelia...- Digo intentando no llorar.-
-Sé que esto no será fácil, para mí y mucho menos para ti y Alex...Nos has cuidado desde la muerte de nuestra madre....Y desde que nuestro padre se fue por trabajo a Alemania.Por eso te agradezco con todo mi ser, sin embargo....Lo he estado pensando y será mejor que me vaya, no es fácil decirlo, pero lo he estado pensando desde aquel día...-
Ella asintió.
-Amor, si tú lo quieres así entonces estaré contigo y te apoyaré...Y cuando quieras volver pues, estamos aquí con las puertas abiertas.-Luego de eso sonrió y fue hacia su habitación.Luego volvió con una caja extraña.
-Esto era de tu madre, me pidió que te lo diera cuando creyera que era el momento.Tiene muchos recuerdos de ella y dinero, el cual te servirá para ir a América.Y poder venir a visitarnos cuando quieras.-Al terminár de hablar sonrió, sin embargo esa sonrisa estaba llena de tristeza, ella nos ha criado desde hace 10 años, y es como nuestra segunda madre, y entiendo que sea duro para ella.
Tampoco es fácil para mi, pero se que si sigo aquí nunca podré estar en paz.
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Tuviste que ser tú.
Teen FictionNagisa Misak es un chico de 17 años. Tiene cabello castaño y ojos cafés y es de estatura media. Vive en Tokyo con su hermano menos Alex y su madrastra Amelia. Tras el maltrato recibido de sus compañeros al descubrir que era gay Nagisa decide rehacer...