Dedicatoria

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"Conquistar... uno conquista", solía decir mi abuelo.
Se conquista lo que se anhela cuando primero se conquista los propios miedos, los demonios internos y, sobre todo, a uno mismo. Porque nadie puede ser profeta de donde procede.

No es posible conquistar tierras ni continentes sin antes haber conquistado el propio ser. Lo que deseamos comienza siempre en nosotros mismos; no podemos ir contra una tormenta, pero sí podemos ajustar nuestras velas.

Primero, construye un barco fuerte, con velas robustas que soporten el viento y las tormentas. Luego, y solo entonces, navega hacia tu destino.

Hace mucho tiempo, existió un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora