Tengo una hija...

Nos volvemos a encontrar...

Capítulo 30

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Todo había ocurrido tan rápido, todo era oscuro, estaba desorientada con un dolor de cabeza insoportable.
Volteo a todos lados tratando de ver en donde estaba pero no podía estaba amarrada, sin poder pararse.
Se altero por unos instantes trataba de safarce pero era inútil.

Carajo…

Estaba en un cuarto oscuro escuchaba voces tetricas desplazandose por el cuarto, no quería producir ningún ruido no sabía si esas cosas le podían atacar.
Estaba tratando de visualizarce en el cuarto oscuro, notando solo la luz de la puerta que sobresalia por sus orillas.
Había recobrado la conciencia sabía el causante de que este aquí, debía ir a rescatar a su hija pero necesitaba ayuda.

Observaba todo a su alrededor tratando de ver algo que la ayudara a safarce pero era inútil, suspiraba frustrada por no poder hacer algo.

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— ¡¡Ese infeliz me las pagará!! —Hablo fuerte Jeff, abriendo cada puerta que se encontraba en su camino junto con Liu sin ser detectados—

— Calamte Jeff, que te vuelves más pendejo cuando estas enojado —Menciono abriendo la puerta de su lado, encontrando adentro iluminado y con objetos de valor espiritual— Jeff y ven…

Jeff lo vio y noto el cuarto acercandose a Liu, entrando en el cuarto con cautela, la luz de el era tenue, había dos sofás de color café y una mesa grande en donde se encontraba un mapa extendido del bosque, señalando la mansión.
También se encontraban libros con apuntes en ellos algo que le llamó la atención a Liu tomo uno de ellos y lo releyo rápido, sorprendiendose de lo que leía.

— Ese bastardo… —Hablo incrédulo con lo que leía, Jeff lo vio serio y con curiosidad—

— ¿Liu qué pasa? —

— Ese hijo de puta quiere acabar con el mundo entero… —Hablo siguiendo leyendo con desesperación—

Liu incrédulo con lo que leí tomo otro libro y de igual forma se alteraba más, vio a Jeff con preocupación.

— Tenemos que apurarnos, hizo pacto con el enemigo de Zalgo… quiere sacrificar a Janet —Hablo viendo a Jeff con un toque de preocupación y temor—

Al escuchar eso Jeff sintió como si un balde de agua fría le hubieran empapado.

— ¡¡¡Ese infeliz…lo intento hace cinco años atrás y otra vez lo vuelve hacer!!! —Grito con desesperación, sintiendo su cuerpo temblar por la ira—

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No sabia cuanto tiempo había pasado solo estaba en el cuarto amarrada, tratando de ver como escapar, hasta que se escucho la puerta abrirse, con cautela observó quien podría ser, se sorprendió la luz era tenue pero se veía con un poco de claridad.

— Eres tú… —Hablo incredula, viendo a la misma mujer que la libero de la comisaría la otra vez—

— Nos volvemos a encontrar… —Sonrió la chica rubia viendo a Jane—

— ¡¿Quién eres?! —Grito viéndola, no se espero que las criaturas que estaban en la habitación empezaran a atacarla pero la mujer desconocida los atacó dejando el lugar más visible y haciendo que se desaparezcan—