lo odio.
odio sus malditos ojos color marihuana. odio esa maldita sonrisa que lograba cambiar mi humor en tiempo récord. odio que sea tan malditamente alto. odio todos y cada uno de sus malditos cabellos castaños. odio sus malditos abrazos que, me recordaban lo frágil que puedo llegar a ser. odio esa maldita voz, tan grave y dominante, que aceleraba mis latidos. odio la forma en que me hacia sentir; como una estúpida, tan ingenua. odio que fuera tan malditamente perfecto.
sé que no lo odio... y eso me rompe.