El Secreto De La Rosa Negra

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Mabille era una muchacha muy caprichosa, orgullosa, y sobre todo muy curiosa. Su padres por esa parte poco podían controlarla ya que era su única hija y desde que nació la han consentido, hasta llegar al extremo de ser controlados por ella.

Su padre era un cardiólogo muy reconocido en su país, mientras que su madre era una presentadora de televisión. Ella por su parte ya había terminado la secundaria y decidió tomarse un tiempo antes de seguir con sus estudios. Así qué sin nada que hacer Mabille se pasaba de fiesta en fiesta con sus amigos sin preocupaciones ni responsabilidades.

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Era sábado y Mabille había decidido ir a la fiesta de Antonio el chico más popular de la secundaria. Tenía 18 años al igual que ella pero aún seguía en secundaria ya que no había pasado todas sus clases y tuvo que repetir el año.

Estaban entrando a primavera así que Mabille decidió ponerse un vestido de colores vivos. El vestido era lo suficientemente corto para dejar ver sus piernas pero no más allá de ahí y lo suficiente mente apretado para dejar notar su tan perfecta figura. Como la fiesta no era formal decidió usar unas botas de tacón no muy alto pero que dejaban notar su elegancia. Por ultimo decidió dejar su cabello suelto y se Pinto con sencillez.

Salió de su recámara dispuesta a detuviese al garaje para marcharse pero su padre quien había llegado de un seminario la detuvo.

- a donde vas? - pregunto su padre.

- a una fiesta - contesto ella dándole la escalada para seguir caminando hacia el garaje.

- no me vas a saludar? - pregunto otra ve su padres - no te e visto por casi tres días y este es recibimiento que recibo de parte de mi hija- término de decir con una tristeza grande en los ojos.

Mabille sabía que su padre la adoraba y se sintió mal al ver la mirada tan triste que su padre le había regalado. Se acerco a el y le dio un fuerte abrazo. Se sentía tan bien abrazar a su padre. Ese abrazo la había llevado al pasados. Por unos segundos recordó su niñez. Cuando su padre llegaba a casa con una gran sonrisa en el rostro por que sabía que iba a ver a su princesa y recibir un abrazo de eso pequeños y delicados brazos.

- Lo siento - logro decir Mabille con una sonrisa en sus labios provocada por eso lindos recuerdos. Se soltó del abrazo y le dio un beso en la mejilla a su padre le sonrió y el le devolvió la sonrisa y se marcho.

- cuídate! - fue lo íntimo que escucho decir a su padre.

Mabille se subió en su auto, un Mercedes-Benz W212 de color azul. Definitivamente tenía un hermoso auto. Procedió a encender el auto y marcharse.anejo por unos 20 minutos, gracias al tráfico, hasta que finalmente se metió en una entrada que llevaba hasta una casa enorme. Parqueo su auto en la entrada de la casa y un hombre le cogió su llaves y se llevó su auto para parquearlo en uno de los parqueaderos que esa mansión tenia.

Mabille entro en la mansión y se dirigió hacia dos muchachas que estaban sentadas en una esquina hablando y riendo.

- Mabille! - gritó una de las muchachas con emoción - hasta que porfíen llegas, por que te has tardado tanto?

- Hola chicas. Lo siento pero el tráfico en esta ciudad cada vez esta más terrible. - dijo escusandose por la tardanza.

- Bueno, lo que importa es que ya estas aquí - dijo la otra muchacha sonriendo y levantándose para saludar a su amiga como era debido.

Mabille saludo a sus dos amigas, Pamela y Samantha, y se se sentó en frente de ella dando la espalda a la gente que se encontraba tras de ella.

- Vaya! - escucho decir Mabille atrás de ella - no pensé que ibas a venir de verdad después de todo lo que paso entre nosotros. Pensé que me habías dicho que no me querías volver a ver. - término de hablar esa voz masculina atrás de Mabille.

- No tenía por que dejar de venir Pierre, Tony también es mi amigo así que no voy a dejar de disfrutar con mis amigos solo para evitar verte a ti- contesto Mabille sin ni siquiera molestarse en voltearse a ver al dueño de esa voz. El joven al ver que Mabille no iba a voltearse decidio irse tan molesto como pudo.

- No puedo creer que lo hayas ignorado de esa manera! - dijo Samy sorprendida.

- Si el cree que voy a estar llorando y rogandole como hacen otras esta muy equivocado. yo si tengo orgullo. - le contesto Mabille. - y ahora si me disculpan voy a tomar aire fresco el oxygeno de estas paredes ya esta muy contaminado.- Termino de decir levantandose y dirigiendose a la salida trasera de la casa en donde se encontraba un hermoso y grande jardin. Aunque el sol ya no los acompañaba la belleza del jardin aun podia ser apreciado por los ojos de Mabille. Ella empezo a caminar por los pasillos que habian por el jardin y mientras mas ondo iba mas feliz se sentia. Nunca penso que la naturaleza alguna vez la hiciera sentir de esa manera. Caminaba lento con los brazos abiertos y los ojos cerrados sintiendo la briza que salia de las ojas de los inmensos arboles que habian en ese jardin. No hace mucho que habia llovido asi que el viento movia las hojas de los arboles y hacia que el agua que habia en ellas se convirtiera en brisa cayera sobre Mabille y ella recogia esa agua con gran alegria. Con los ojos cerrados y dando vueltas Mabille empezo a recordar en los momentos en los que ella pasaba con sus padres cuando era niña. De pequeña sus padres la sabian llevar a reservaciones en donde cuidaban y protegian la naturaleza y los animales en extincions. Esos viajes eran sus favoritos pero con el tiempo sus padres se empezaron a preocupar mas por sus carreras que por su hija asi que dejaron de ir y Mabille dejo de mostrar interés en la naturaleza.

Sin darse cuenta Mabille tropeso en un ladrillo. No pudo evitar caer entre unos arbustos. Cuando se estaba levantando vio por medio de los arbustos que no muy lejos de ahi habia una casita. La casita estaba llena de colores vivos se veia hermosa con tantos colores. Esa casita le causo tanta curiosidad a Mabille que decidio ir a investigar que es lo que habia en esta casita. Se paso los arbustos como pudo y camino hasta llegar a la casita. Mientras mas se iba acercando mas sorprendida se veia. Todos esos colores que se veian a lo lejos era los colores de diferentes flores que rodeaban la casita y hacian que se viera multicolor. Mabille estaba maravillada con tanta belleza. Nunca en su vida habia visto algo asi. Toda la casita estaba cuvierta de flores excepto la puerta. Eso le dio aun mas curiosidad asi que se acerco a tocar la puerta, pero nadie le contesto. Giro el picaporte el cual estaba abierto asi que decidio entrar y lo que encontro en dentro de esa pequeña casa fue aun mas sorprendente que lo que habia visto afuera. Una rosa negra estaba en medio de muchas otras rosas rojas, blancas, amarillas, rosas y muchos colores mas. Algo especial tenia esa rosa ya que brillaba inigualablemente y su color resaltaba entre todas esas otras rosas comunes. "Que preciosidad " penso Mabille. Su curiosidad llego mas alla de lo que debia y Mabille decidio coger la rosa negra. Cuando trato de cogerla una espina lastimo su dedo indice y una gota de sangre cayo en el mismo centro de la rosa. Esa gota de sangre hizo que la rosa reaccionara de una manera inesperada. La rosa empezo a brillar mucho mas de lo que ya habia estado brillando. Mabill retrocedio al ver la rosa brillar y trato de salir de ahi ya que la luz que brotaba de la rosa molestaba sus pupilas. La puerta estaba atrancada y Mabille no podia salir de alli. Ella se giro para ver a la rosa y noto como las ramas de la rosa se movian y la rodeaban junto con la luz . Todo eso le causaba una sensacion extraña y un cosquilleo recoria todo su cuerpo. La luz se iba desbaneciendo de a poco. Era como si la luz que broto de la hermosa y perfecta rosa negra era absorbida por el cuerpo de Mabille. Finalmente la luz se desvanecio por completo y Mabille se sintio debil. No pudo sostenerse de pie y sin darse cuenta ya se encontraba en el suelo estirando su mano tratanto de alcanzar la puerta para abrirla pero la puerta se abrio sola y alguien entro tras ella abrirse. Mabille no pudo ver bien quien era ya que sus ojos se cerraban en contra de su voluntad. Lo ultimo que alcanzo a ver fueron unos ojos verdes grandes y hermosos mirandola sorprendidos.


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